Sebastián Piñera atraviesa el último tramo de su mandato bajo la amenaza de una destitución, luego de que la Cámara de Diputados de Chile aprobara este martes el juicio político en su contra. Ahora el Senado tendrá que juzgarlo por la venta del proyecto minero Dominga a un empresario amigo por unos 152 millones de dólares, apenas iniciado su primer mandato en 2010, y que se gestionó a través de un paraíso fiscal en las Islas Vírgenes.

La oposición chilena impulsa el juicio político contra Piñera a 5 semanas de las elecciones

La cámara alta actuará como jurado, pero se necesitará de dos tercios para que se concrete la destitución. Está previsto que esta segunda etapa tenga lugar unos pocos días antes de las elecciones presidenciales del próximo 21 de noviembre, por lo que el juzgamiento podría tener un impacto directo en las urnas. Por su parte, dentro del oficialismo confían en que Piñera salga airoso del proceso, como ocurrió en diciembre de 2019, cuando la oposición de izquierda presentó una acusación constitucional en su contra por la represión de las protestas desencadenadas dos meses antes, y que fracasó por falta de apoyos.

Sin embargo, Piñera se encuentra en estos momentos en su punto más bajo, con escasa popularidad y sin que su candidato, Sebastián Sichel, remonte en las encuestas. "Piñera se ha vuelto prescindente en la campaña y la percepción es que no suma a la candidatura de su sector", explica a LPO la politóloga Julieta Suárez Cao, profesora de la Universidad Católica de Chile. "Esta acusación termina de echar por tierra algún posible legado, teniendo en cuenta que fue el único presidente de derecha desde la democratización", señala.

El empresario de 71 años venía golpeado por el estallido social de octubre de 2019, que lastró su imagen tras el accionar de Carabineros -la policía militarizada-, con miles de víctimas fatales, heridos, mutilaciones oculares, violaciones y encarcelamientos. Su gobierno había recobrado algo de iniciativa con la campaña de vacunación después de una cuestionada gestión de la pandemia, hasta la aparición de los Pandora Papers a inicios de octubre, que revelaron su presunta participación en la transacción de Dominga.

Para la izquierda y la centroizquierda, que se quedó con una acusación por derechos humanos post estallido que no funcionó, insistir con esto es una señal muy fuerte a su electorado

"Aunque nadie muere en política, lo veo alejado del spotlight y también de la derecha cuando culmine su mandato", dice la académica, que por otro lado destaca la unidad demostrada por todo el arco de la izquierda en la extensa sesión que comenzó ayer y culminó esta mañana. La anécdota que grafica esta aproximación es el discurso de más de 15 horas que dio el diputado socialista Jaime Navarro para dilatar la votación y permitir que Giorgio Jackson, del Frente Amplio, concluyera su cuarentena e ingresara al recinto. Gracias a Naranjo, la izquierda sumó el voto que faltaba para llegar a los 78 a favor de la acusación, que terminó con 67 en contra y tres abstenciones.

"Acá lamentablemente hemos tenido una oposición a lo Boric y no una razonable. Lo que hemos visto es una sinopsis de cómo sería un gobierno del Frente Amplio. Uno que pone por delante sus intereses por sobre la estabilidad del país", dijo el secretario general del oficialista Renovación Nacional, el diputado Diego Schalpe, en alusión al candidato presidencial de izquierda Gabriel Boric. La coalición de derecha en el gobierno sabe que la misión de llegar a los votos necesarios en el Senado para aprobar la destitución es casi imposible. Pero para la izquierda se convirtió en una victoria en clave de campaña.  

Lo que hemos visto es una sinopsis de cómo sería un gobierno del Frente Amplio. Uno que pone por delante sus intereses por sobre la estabilidad del país

"Para la izquierda y la centroizquierda, que se quedó con una acusación por derechos humanos post estallido que no funcionó, insistir con esto es una señal muy fuerte a su electorado", asegura Suárez Cao. Con todo, el juicio político tendrá un mayor impacto en la derecha, dividida "en una derecha más heredera de Piñera, que no remonta en las encuestas, y una más radicalizada, que está capitalizando ese voto huérfano". De hecho, el candidato ultraderechista José Antonio Kast aparece en los sondeos muy cerca de Gabriel Boric, que representa a la izquierda y lidera las preferencias.

La ultraderecha chilena se consolida en las encuestas y se mete en segunda vuelta

"La ultraderecha tiene una contradicción muy fuerte: para ellos Piñera es un traidor que entregó la Constitución y aprobó agendas de centroizquierda como la ley de identidad de género y ahora la de matrimonio igualitario. Pero por sobre todo son amantes de la institucionalidad y el orden, por eso no pueden estar a favor de la acusación", considera la analista. Además, afirma que "la acusación genera unas tensiones" que según cómo se resuelvan "van a tener un impacto sobre un electorado de derecha más centrista y liberal, que no comulga con algunas propuestas de Kast, que podría aislar a Chile del mundo".