Este miércoles llegó a México un grupo de funcionarios estadounidenses encabezados por el secretario de Estado, Antony Blinken para reunirse con el presidente Andrés Manuel López Obrador para atender el tema migratorio, que este año sigue reportando cifras récord.

Previo al encuentro, el presidente López Obrador rechazó que el objetivo del encuentro sea para imponer mayores controles migratorios. "No, ellos saben muy bien cuáles son nuestras propuestas, que hay que atender las causas", insistió el presidente sobre su apuesta para atender el tema migratorio.

"Lo ideal es que se ayude a posibles pobres. Nosotros lo estamos haciendo y queremos ponernos de acuerdo porque, también como hay elecciones en EU va a alentarse el tema migratorio. Lo usan como bandera y hay campañas contra lo migratorio", dijo el mandatario durante su conferencia en Palacio Nacional.

Al encuentro con López Obrador también asistirán el secretario de Seguridad Nacional y Alejandro Mayorkas y la asesora de Seguridad de la Casa Blanca Liz Sherwood-Randall, como se acordó en una llamada con Joe Biden el pasado 21 de diciembre.

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En Estados Unidos la retórica contrasta. Como dio a conocer LPO, la expectativa es alcanzar acuerdos que deriven en acciones con efectos prácticos en el corto plazo sobre lo que ocurre en la frontera, por lo que ya trasciende que pudiera buscarse revivir el Título 42 impuesto por Donald Trump y que a Biden le tomó dos años desmantelar.

Este discurso toma fuerza en el contexto de la formación de una nueva caravana migrante, conformado por personas de Centroamérica, Venezuela y otras regiones. Se trata de la más grande en el último año y que avanza hacia Estados Unidos, por estas horas aún por Chiapas.

En este panorama, el presidente no desiste, al menos en lo público, en señalar a Estados Unidos por la falta de apoyo a través de los recursos económicos para los países típicamente expulsores de personas migrantes en la región.

"Eso debería proponer el Congreso (estadounidense), con todo respeto, autorizar recursos para la cooperación y el apoyo de pueblos pobres de América Latina y el Caribe, en vez de poner barras alambradas en el río o pensando en construir muros, es más humano invertir en el desarrollo de los pueblos", dijo.

Aunque sobre la caravana, tampoco descartó que haya fines politiqueros detrás. "Si, siempre se promueven hay quienes se dedican a eso, y también tienen vínculos con los grupos, desde luego existe el problema hay la necesidad, pero se da la información que ellos pueden facilitarles el acceso a Estados Unidos tiene una política migratoria que le da posibilidad a muchos de lograr una visa de trabajo, pero también hay límites", dijo.

Los objetivos de las caravanas migrantes han sido tema de debate en las agendas políticas desde su aparición en la región en 2018, sin embargo, su origen se explica principalmente en la falta de oportunidades económicas, así como problemas sociales y políticos en los países de origen, así como hacer frente a los conocidos peligros de su tránsito, principalmente en México.