Enrique Ochoa ha asimilado en los últimos dÃas que la probabilidad de una derrota del PRI en Nayarit, Coahuila y Edomex es muy real y que de suceder podrÃa devenir en su salida de la dirigencia nacional en la próxima asamblea del partido. Por eso este martes tendrá una cumbre con los abanderados Alfredo Del Mazo, Miguel Riquelme y Manuel Cota. Les hablará de estrategia en las tres contiendas y recomendará sobre el rumbo de las campañas.
Ochoa expondrá el discurso que enarbola hace algunos dÃas de que el voto duro del PRI y su estructura electoral todavÃa es la fuerza más potente en el paÃs, por encima de cualquier opción.
Hacia el interior del Partido este concepto genera escepticismo. Los liderazgos que van por fuera de Los Pinos señalan que si el PRI tiene una estructura tan pujante y un voto dura tan fiel, es difÃcil entender que una candidata como Delfina Gómez, que no tiene ni la mitad de los recursos de Del Mazo, esté empatada en las encuestas con el candidato tricolor. Algo similar se puede señalar en Nayarit donde Cota pelea por no salir tercero o en Coahuila donde Riquelme está por debajo de Guillermo Anaya.
En realidad, al igual que ocurrió en 2016, el voto duro de poco sirve si los indecisos se movilizan masivamente a las casillas. Y el voto indeciso está cada vez más antisistema. Detalles que ano aparecen en los discursos de Ochoa.
En paralelo hay cierto temor porque Ochoa estarÃa manejando encuestas que distan de la realidad. El pasado martes mostró un sondeo de Nayarit que muestra a Cota casi empatado con Alejandro EchevarrÃa cuando casi todas las casas encuestadoras muestra al abanderado de PAN-PRD arriba por casi 10 puntos.
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