La administración de Donald Trump presentó Otro fracaso legislativo esperando a pasar. Se trata de una nueva propuesta de presupuesto que contempla recortar 1.5 trillones de dólares (en Estados Unidos un trillón es un millón de millones) en gasto discrecional para áreas no relacionadas con la defensa nacional, y 1.4 trillones en recortes del programa de asistencia a la salud Medicaid a lo largo de los siguientes 10 años. El plan es agregar medio trillón de dólares al Departamento de Defensa, un incremento estratosférico bajo cualquier estándar; el más grande en los últimos 40 años.

Tradicionalmente un presidente de Estados Unidos organizarías sesiones con congresistas, discursos públicos, entrevistas y otras estrategias de comunicación para vender una ley de este tamaño tanto al Congreso como a los ciudadanos. Trump, sin embargo, no es un presidente tradicional. Es sabido que el presidente ni siquiera había leído la controvertida ley que sustituiría el Obamacare y que fue destruida por todas las asociaciones médicas del país. Que un presupuesto que contempla cambios y recortes cataclismicos sea presentado con el presidente en el extranjero habla volúmenes de esta administración.

 De nuevo los conservadores están intentando un modelo muy popular durante los años de Reagan llamado trickle down economics, que postula recortes a los millonarios con la idea de que estos generen más fuentes de trabajo y la industria y el consumo crezcan. Nunca ha funcionado. 

La fantasía de presupuesto de los republicanos pretende además unirse a la reforma fiscal que ya tienen en el horno, y que regalaría miles de millones en recortes a los multimillonarios y a las corporaciones. De nuevo los conservadores están intentando un modelo muy popular durante los años de Reagan llamado trickle down economics (economía del goteo), o suply side economics (economía del lado del suministro), y que postula recortes a los millonarios con la idea de que estos generen más fuentes de trabajo y la industria y el consumo crezcan. Se trata de un modelo -si es que se le puede llamar así a una fantasía improvisada- que se ha comprobado una y otra vez que no funciona. Sin embargo, los republicanos, financiados en gran medida por las multinacionales, insisten en proponerlo porque es -para sorpresa de nadie- un sistema muy popular entre sus mecenas.

De acuerdo a los republicanos y sus proyecciones de crecimiento -que para la inmensa mayoría de los economistas son excesivamente optimistas, cuando no ridículas-, y aunado a los recortes en recaudación que pretenden pasar, aseguran que su plan lograría todo esto manteniendo un presupuesto balanceado y hasta pretenden rebajar la deuda al 60% del producto interno bruto. Es decir, tienen planeado recortar la recaudación para los millonarios e incrementar trillones al presupuesto de defensa, y creen que pueden hacerlo sin incrementar la deuda pública. Se trata de una idea delirante. 

De hecho, el equipo de Trump asegura que su propuesta acabaría con el déficit en el presupuesto en diez años y generaría un crecimiento anual de 3%, algo que el senador demócrata Chris Van Hollen, miembro del Comité de Presupuesto, calificó como "Contabilidad totalmente fraudulenta. En cierto modo esto es un presupuesto fake", dijo.

"No hay proyección económica de nadie que contemple ese tipo de crecimiento, especialmente si quieres detener la inmigración, que ayuda a traer nuevos trabajadores a la fuerza laboral. Esto es un fraude", aseguró el Van Hollen.

 Los grandes afectados son departamentos y secretarías de primera importancia; la mayoría dedicadas a temas de desarrollo social y asistencia. No queda claro qué tipo de recepción esperaban obtener con esta propuesta ante los votantes. 

Echar un vistazo a la lista de recortes es alucinantes. La dependencia más afectada es la de Educación, que perdería casi 5 mil millones de dólares. Después la de Salud y Servicios Humanos, que sufriría un recorte de 4 mil 800 millones. Luego la de desarrollo urbano y vivienda, que se quedaría sin 4 mil 123 millones. Otro de los grandes perdedores es el Departamento de Estado y su fondo de ayuda internacional, al que le quitaría 4 mil 256 millones de dólares.

En otros términos, recortaría 31.4% a la Agencia de Protección Ambiental; 29.1% al Departamento de Estado; 20.5% al Departamento de Agricultura; y 10.7% a la Fundación Nacional de la Ciencia. Ah, también incrementaría la deuda para los estudiantes que soliciten prestamos educativos.

Los grandes afectados son departamentos y secretarías de primera importancia; la mayoría dedicadas a temas de desarrollo social y asistencia. No queda claro qué tipo de recepción esperaban obtener con esta propuesta ante los votantes. Desde hace meses las reuniones entre legisladores y sus electores, que tradicionalmente deben hacerse una vez al mes, han estado plagadas de protestas y demandas por las inexplicables posturas y propuestas que los republicanos han tomado frente a la administración Trump. Esta nueva propuesta, que es imposible que pase de la Asamblea de Representantes, seguramente tendrá una recepción similar. Habrá que ver cómo impacta los números de Trump, y si estará dispuesto a impulsarla como lo hizo con el antipopular Trumpcare.