El lunes pasado reportó el Washington Post que un funcionario del primer círculo del presidente estaba siendo investigado muy de cerca por el FBI en relación al affair Trump-Rusia. Hoy se confirmó que se trata de Jared Kushner, yerno de Trump y uno de sus asesores más cercanos; miembro del llamado bando de globalistas, opuestos a la ideología de los nacionalistas de Steve Bannon y Stephen Miller.

Kushner es el único funcionario de la Casa Blanca que se ha confirmado es una pieza clave en la investigación. Michael Flynn, ex asesor de Seguridad Nacional que tuvo que renunciar en febrero pasado por sus nexos con el embajador ruso, sigue siendo una pieza clave en la investigación, al igual que Paul Manafort, ex director de la campaña presidencial del magnate.

A Kushner se le investiga por una serie de reuniones que habría sostenido en diciembre con el embajador ruso Sergey Kislyak y un banquero proveniente de Moscú.

Kushner se habría reunido con el embajador ruso a principios de diciembre, junto con Flynn, quien se supone que fue despedido por mentirle al vice Mike Pence

Jamie Gorelick, abogado del también empresario multimillonario y esposo de Ivanka Trump, declaró: "El señor Kushner ofreció a compartir con el Congreso lo que sabe de estas reuniones. Hará lo mismo si es contactado en conexión con cualquier otra indagatoria".

Según reportó el Washington Post, la investigación ya no se limita a los nexos entre la campaña Trump y los rusos, sino a cualquier tipo de crímenes financieros cometido por el hoy poderoso grupo del presidente.

El nombramiento como investigador especial del Departamento de Justicia hace un par de semanas de Robert Mueller, quien fue director del FBI entre 2001 y 2013, puso a fondo el acelerador de la indagatoria. Se trata de un investigador obsesivo y respetado en el mundo policiaco.

Kushner se habría reunido con el embajador ruso a principios de diciembre, junto con Flynn, quien se supone que fue despedido por mentirle al vicepresidente Mike Pence sobre los temas discutidos en las reuniones. Pence aseguró en febrero que Flynn no había discutido con los rusos el tema de las sanciones impuestas por Barack Obama, algo que después se supo sí ocurrió.

Trump, quien siempre ha hablado de lo importante que es la lealtad, ha continuado defendiendo a Flynn a pesar de la evidencia que se acumula en su contra por nexos ilícitos con la potencia extranjera.

 Con o sin juicio político, queda claro que la investigación del caso será un dolor de cabeza recurrente para la actual administración

El Post también reportó que el FBI investiga a otros funcionarios de la administración por una reunión sostenida en la primavera de 2016 en el hotel Mayflower en Washington. De acuerdo a una fuente de inteligencia, a dicha reunión habría asistido Kushner acompañado del entonces senador Jeff Sessions, quien hoy es el Fiscal General. Sessions tuvo que recusarse del caso Rusia por su cercana relación con el presidente, y aparentemente también con los rusos.

Lo preocupante es que Kushner ocultó estas reuniones cuando pasó por los exámenes de confianza para integrarse al staff presidencial.

Con o sin juicio político, queda claro que la investigación del caso será un dolor de cabeza recurrente para la actual administración. Cuando Clinton pasó por una investigación similar en los 90, su presidencia terminó antes que los investigadores. Fue algo que lo persiguió y le impidió gobernar de manera efectiva a lo largo de toda su administración.