En una elección polarizada y fuertemente disputada en su tramo final en Los Pinos ya especulan con los escenarios de lo que suceda en el Edomex. Así como un grupo de entornistas creen que si Alfredo Del Mazo triunfa se debe introducir la discusión sobre la segunda vuelta electoral para 2018, también está fuerte la perspectiva de que un triunfo del PRI en su bastión político debería generar que en la asamblea de Agosto se elija un abanderado presidencial.

Quienes defienden esta estrategia sostienen que es imperioso generar una figura en el ecosistema político que ya desde dicho mes comience a confrontar a diario con Andrés Manuel López Obrador y de ese modo sea un defensor del Gobierno en el tramo final del sexenio.

Aseguran además que el perfil debería ser el de un operador pragmático que tena capacidad para comenzar a hacer visitas a los estados donde se disputa el voto el año que viene. Caminar el terreno, definir candidaturas, iniciar la recaudación de fondos son todas tareas que Enrique Peña Nieto cree que el abanderado deberá realizar ya desde el segundo semestre.

Por primera vez el PRI encararía una campaña donde hay una idea generalizada de derrota. Es por eso que el criterio para el candidato no es tanto electoral sino de operación política. No se debe descartar la aparición de un llamado candidato ciudadano que termine siendo respaldado por el partido.

En cambio un escenario de derrota en el Edomex llevaría a otro tipo de confrontaciones en el interior del PRI. La inicial: Enrique Ochoa deberá dejar la jefatura del tricolor especialmente porque se estaría ante la caída de un bastión histórico.