Es una moneda en el aire. El propio Luis Videgaray lo reconoció entre sus asesores. La pelea en el Estado de México en verdad está muy cerrada. Los sondeos arrojan ventajas muy pequeñas para Del Mazo o Delfina, y los asesores en los cuartos de guerra no se animan a predecir un resultado. Apenas pronostican que los niveles de participación y acaso el voto oculto serán las clave el próximo domingo.

Frente a este escenario, varios priistas empiezan a especular con decisiones de cambios en el Gobierno, que serían forzadas por una eventual derrota. Así empiezan a moverse algunos históricos militantes del tricolor, quienes piensan que podría haber incluso un cambio de gabinete antes de la Asamblea Nacional del PRI de agosto.

Todos aquellos que juegan un rol importante en la estructura institucional que acompaña a Enrique Peña Nieto podrían ser movimos hacia otros puestos. Como reveló La Política Online, en el Senado ya dan por hecho que se terminará de forma anticipada la presidencia en Mesa Directiva de Pablo Escudero.

Ese lugar lo quieren Cristina Díaz y Enrique Burgos. La bancada considera que ya se le "pagó" a su aliado Verde y a Manlio Fabio -suegro de Escudero- y que ahora es importante recuperar el control de la Mesa Directiva con un senador muy cercano. Por eso algunos vetan a Cristina Díaz, de gran relación con Osorio Chong.

En San Lázaro empiezan a crecer las mismas versiones, pero en torno a una posible modificación de la coordinación de la bancada, en caso que Alfredo Del Mazo no logre una victoria el próximo domingo. No está claro cuál sería el eventual destino de César Camacho -¿incorporarse al gabinete?- pero quien empieza a sonar muy fuerte para reemplazarlo es Enrique Jackson.

Lo que empieza a quedar claro, y nadie duda, es que el resultado en Estado de México será determinando para el último año de Gobierno de Enrique Peña Nieto.