Este jueves todos los ojos de Estados Unidos y buena parte del mundo fijarán su atención en el Senado de Estados Unidos, donde James Comey, ex director del FBI despedido por Donald Trump el mes pasado, testificará sobre la investigación Trump-Rusia y sobre si el presidente ejerció alguna presión inapropiada en el FBI para desviar o cancelar la investigación.
Hoy, Comey hizo público el testimonio que tiene preparado para el comité investigador del Senado, y aunque ese dÃa seguramente le harán preguntas y sus declaraciones serán ampliadas, nos muestra una buena parte de lo que pasará el jueves y qué expectativas tener.
Desde que se anunció que Comey testificarÃa corrieron versiones de que el ex director del buró podrÃa hundir la presidencia de Trump. En el documento dado a conocer hoy, si bien el presidente no queda bien parado, tampoco cayeron las bombas que se esperaban, como que le hubiera pedido cancelar la investigación Rusia, cosa que al parecer no sucedió.
Sin embargo, Comey describe con detalle en su testimonio los eventos que tuvieron lugar durante una cena privada en la Casa Blanca entre él y el presidente, cena a la que por cierto el director no querÃa asistir. También narra un encuentro con el presidente el 14 de febrero en la Oficina Oval, y un par de llamadas telefónicas. El último contacto que tendrÃa con el presidente.
"Era poco claro por la conversación quién más irÃa a la cena, pero asumà que habrÃa otros", describe Comey. "Resultó ser sólo nosotros dos, sentados frente a una pequeña mesa ovalada al centro de la Habitación Verde", dice el testimonio digno de novela de novela de E.L. James. "Dos asistentes de la Marina nos sirvieron, entraban a la habitación sólo para servir comida y tragos".
Trump arrancó la velada cuestionando a Comey si querÃa continuar como director del FBI, extraña proposición considerando que Comey tomó el cargo apenas en 2013 y es un nombramiento de diez años. "Lo encontré extraño", respondió Comey, "porque él ya me habÃa dicho en dos ocasiones que querÃa que me quedara, y yo le aseguré que planeaba permanecer".
El director también le habrÃa asegurado: "Amo mi trabajo e pretendo quedarme y servir mi término de diez años como director. Y entonces, porque la situación me hizo sentir intranquilo, agregué que yo no era "confiable" en el sentido en que los polÃticos usan esa palabra, pero que podÃa siempre contar con que yo le dirÃa la verdad. Agregué que yo no estaba del lado polÃtico de nadie".
El presidente, quizás en un intento de amedrentar a Comey, respondió que muchas personas querrÃan su puesto, y que "entenderÃa si deseara retirarme". Comey interpretó el evento como una intentona del presidente por establecer una especie de relación de poder sobre el director, "por lo menos en parte, un esfuerzo para hacer que yo pidiera conservar mi trabajo y crear un tipo de patronazgo. Eso me preocupó mucho, dado la tradición independiente del FBI ante el Poder Ejecutivo", dice el testimonio.
Trump entonces demandó: "Necesito lealtad, espero lealtad".
Comey narra la escena: "No me movÃ, ni hablé, ni cambié mi expresión facial en ninguna manera durante el incómodo silencio que siguió. Simplemente nos miramos el uno al otro en silencio. La conversación entonces continuó por otro rumbo, pero él regresó al punto hacÃa el final de la cena".
Cuando Trump volvió a presionarlo, Comey respondió: "Siempre tendrá honestidad de mi parte".
La transcripción confirma también lo dicho por Trump: en efecto el director le aseguró al presidente en tres ocasiones que no estaba siendo investigado personalmente por el FBI, algo que Trump mencionó en la carta en la que despidió a Comey y que fue cuestionado por la prensa.
Más adelante, el documento continúa con una reunión que sostuvieron Trump y Comey en una fecha que parece broma: el 14 de febrero, en la Oficina Oval.
Después de una junta con miembros de su staff, entre ellos el yerno del presidente Jared Kushner, y el jefe inmediato de Comey, el Fiscal General Jeff Sessions, Trump le pidió al entonces director del FBI que se quedara en el despacho para que hablaran en privado.
"Quiero hablar de Mike Flynn", le habrÃa dicho Trump, refiriéndose a su ex asesor de Seguridad Nacional que apenas un dÃa antes habÃa sido forzado a renunciar por mentir sobre sus nexos con el embajador ruso.
Trump entonces le habrÃa hecho la solicitud que se filtró desde hace semanas a los medios:
"Espero que puedas encontrar la manera de dejar esto ir, de dejar ir a Flynn. Es un buen tipo. Espero que puedas dejar esto ir".
Comey se limitó a responderle "él es un buen tipo".
Aquà es donde Comey aclaró que, en su opinión, Trump no le estaba pidiendo que cerrara la investigación sobre Rusia, sino que simplemente se referÃa al caso de Michael Flynn. Un punto que ha sido especulado una y otra vez en las últimas semanas. Analistas han cuestionado la intención del presidente, y deducido que intentó presionar al director para que cerrara la investigación Rusia por completo. Por lo menos en la interpretación de Flynn, el único presente durante la conversación, ese no fue el caso.
"No interpreté que el presidente estuviera hablando de la investigación sobre los posibles nexos entre Rusia y su campaña a gran escala".
A pesar de esto, Flynn enfatizó que la conversación le pareció "muy preocupante", pues ponÃa en riesgo la independencia del FBI como agencia de investigación criminal.
Después de la reunión Comey se quejó con el Fiscal General Sessions, y le reclamó que lo dejara a solas con el presidente.
En otra ocasión, durante una conversación telefónica entre Comey y Trump, el presidente describió la investigación Rusia como "una nube flotando encima de su habilidad para liderar al paÃs", y se quejó sobre el infame documento elaborado en Inglaterra por un consultor de inteligencia independiente donde se narran supuestas aventuras de Trump durante un viaje a Rusia. El mismo documento en que Trump supuestamente le pagó a una prostituta para que orinara encima de la cama de su hotel, sólo porque los Obama habÃan usado la misma habitación meses antes.
El presidente "dijo que no tenÃa nada que ver con Rusia, no habÃa estado involucrada con prostitutas en Rusia, y que siempre asumió que lo estaban grabando cuando estaba en Rusia", narra el testimonio.
"Preguntó (Trump) qué podÃamos hacer para levantar la nube. Le respondà que estábamos investigando el tema tan rápido como podÃamos, y que habrÃa un gran beneficio, si no encontrábamos nada, que hiciéramos el trabajo bien. Estuvo de acuerdo, pero entonces volvió a enfatizar los problemas que esto le estaba causando", escribió Comey.
Es entonces que el comportamiento del presidente, en el testimonio de Comey, se vuelve más cuestionable. El 11 de abril, poco menos de un mes antes de despedirlo, Trump llamó a Comey y le preguntó qué habÃa hecho para difundir que no estaba bajo investigación del FBI. Trump volvió a referirse a "la nube" que le impedÃa ejercer como presidente.
"He sido muy leal contigo, muy leal", le dijo Trump, "tuvimos esa cosa que ya sabes". Comey asegura en el testimonio: "no le respondà ni le pregunté a qué se referÃa con ‘esa cosa'''.
"Esa fue la última vez que hablé con el presidente Trump", dice el testimonio.
Se espera que mañana, cuando Comey se presente ante el Comité de Inteligencia del Senado, todos los medios cubran el testimonio. Falta por ver qué tan dispuestos están los senadores a cuestionar al ex director, y después de la reunión que Comey tuvo con su antiguo mentor, el también ex director del FBI y ahora encargado de la investigación Rusia, Robert Mueller, qué tanto se sentirá en libertad de declarar. Después de todo, el affair Trump-Rusia sigue siendo una investigación en curso.
Por favor no corte ni pegue en la web nuestras notas, tiene la posibilidad de redistribuirlas usando nuestras herramientas.