En febrero de 2016 Jefferson Sessions se convirtió en el primer senador de los Estados Unidos en avalar la candidatura de Donald Trump. En aquel momento se trataba de una apuesta muy arriesgada. Todos creÃan que Trump no sobrevivirÃa las elecciones primarias del Partido Republicano y caerÃa ante la poderosa maquinaria de Jeb Bush, quien apenas seis meses antes era visto como el único republicano viable para competir por la Casa Blanca.
La apuesta de Sessions pagó, y aunque el entonces senador no se quedó con la vicepresidencia, probablemente por su edad y un cuestionable pasado marcado por acusaciones de racismo, fue nominado para convertirse en el Fiscal General número 84 de Estados Unidos.
Hoy, el Fiscal General se presentó ante el Comité de Inteligencia del Senado, cuerpo legislativo al que apenas hace unos meses él mismo pertenecÃa, para declarar sobre la investigación de los posibles nexos entre la campaña del presidente y operadores del servicio de inteligencia ruso, y si existió colusión al interior de la campaña para ganar la elección presidencial del año pasado.
Sessions, a diferencia de Jim Comey, el exdirector del FBI que declaró la semana pasada, intentó en lo posible proteger a su jefe Donald Trump y, para evitar responder ciertas preguntas, se refugió en la posibilidad de que el presidente invoque el llamado "privilegio ejecutivo".
Dicho privilegio permite al poder ejecutivo negarse a testificar o a desobedecer ciertas órdenes judiciales o solicitudes del poder legislativo, se trata de un privilegio reconocido por la Suprema Corte y sustentado en la división e independencia de cada uno de los tres poderes de la República. Lo curioso en este caso es que Trump no ha invocado dicha previsión. Es decir, Sessions la utilizó bajo el argumento de que Trump podrÃa hacerlo en el futuro.
Durante sus comentarios de apertura, Sessions aseguró que habÃa asistido al Senado porque le parecÃa importante "que el pueblo americano escuche la verdad" directamente de su boca.
Desde hace meses el Fiscal General tuvo que recusarse de la investigación del caso Rusia y dejar a cargo a su lugarteniente, Rod Rosenstein, quien fue quien finalmente nombró al exdirector del FBI Bob Mueller como investigador especial del caso, poco después de que Donald Trump despidiera al sucesor de Mueller en el buró, Jim Comey.
La razón por la que Sessions tuvo que recusarse del caso, fue porque se supo que habÃa tenido dos reuniones el año pasado con el embajador ruso Sergey Kislyak, y las habÃa ocultado durante su testimonio de confirmación ante el Senado. El senador Al Franken explÃcitamente le preguntó si se habÃa reunido con algún oficial ruso y Sessions dijo que no.
Apenas la semana pasada Comey aseguró que, a pesar de haber anunciado públicamente que se aislarÃa de la investigación, Sessions jugó un rol "problemático" en el caso Rusia. En aquel momento Comey se negó a precisar por qué, aunque es probable haya sido más detallado en el subsecuente testimonio que ofreció ante el mismo comité pero a puerta cerrada y sin cámaras. Hoy, cuando uno de los senadores preguntó a Sessions si estarÃa dispuesto a expandir su testimonio en una sesión privada, el Fiscal General se negó.
Sin embargo, Sessions aseguró que no habÃa razones ocultas por las que se recusó de la investigación Rusia: "No las hay, senador Wyden", le respondió a uno de los miembros del Comité, "No las hay. Puedo decirlo con absoluta certeza".
Antes, durante sus comentarios de apertura, Sessions declaró: "No puedo violar mi deber; violar la confidencialidad de las comunicaciones que he tenido con el presidente".
Más tarde calificarÃa la "sugerencia" de que podrÃa existir colusión entre él y los rusos como "una mentira indignante y detestable"; y explicó que no habÃa mentido al senador Franken durante su audiencia de confirmación como Fiscal General meses atrás.
"Franken me hizo una pregunta delirante después de seis horas de testimonio", se justificó. El fiscal explicó que él se habÃa enterado ese dÃa de las acusaciones de colusión entre los rusos y "voceros de la campaña Trump", y que estaba en shock por la acusación. "Le respondÃ: he sido llamado vocero de la campaña y no tuve comunicación con los rusos".
Según Sessions, su respuesta era en ese contexto, aunque sà se habÃa reunido con agentes del gobierno de Putin, como el embajador, lo quiso decir era que no habÃa discutido temas de la campaña con ellos. "Estaba respondiendo a los alegatos", se defendió, "era la primera vez que me hacÃan esa pegunta".
Respecto a si Trump habrÃa despedido a Comey sin importar las recomendaciones del Departamento de Justicia, Sessions respondió a la senadora demócrata de California Dianne Feinstein que no sabÃa "qué habÃa en la mente del presidente cuando hablamos con él", pero que -similar a una de las respuestas de Comey la semana pasada- "supongo que debo dejar que las palabras del presidente hablen por si mismas".
Cuando Trump despidió a Comey el mes pasado, su equipo salió a justificar la decisión diciendo que habÃa sido por recomendación de Sessions y Rosenstein. Sin embargo, a los pocos dÃas el mismo Trump contradijo esta versión, y aseguró durante una entrevista que él habÃa decidido despedir al director del FBI, en parte "por todo el asunto de Rusia". Hoy Sessions se negó a contradecir al presidente.
Para sorpresa de algunos, Sessions no atacó la credibilidad de Robert Mueller y la investigación que conducÃa sobre el caso Rusia y la posible colusión de la campaña presidencial. Justo ayer un amigo cercano de Trump, el CEO de portal conservador Newsmax, declaró que -contra toda lógica- el presidente estarÃa considerando despedir a Mueller y acabar con la investigación, en otra movida digna de Richard Nixon. Incluso quedó claro que alguien en el campamento del presidente comenzó a movilizar piezas. Misteriosamente Newt Gingrich, quien fuera lÃder de los republicanos en el Congreso en los años 90, y una de las figuras detrás del juicio polÃtico contra Bill Clinton, criticó a Mueller y dijo que debÃa ser removido del caso, a pesar de que apenas hace unas semanas habÃa celebrado su nombramiento.
El Fiscal General dijo que tenÃa confianza en Mueller, el antecesor de James Comey como director del FBI de 2001 a 2013, y quien ha sido señalado como un investigador meticuloso y digno de respeto, si no es que terror.
La audiencia de hoy dejó claro que, para desgracia del presidente, la investigación Rusia está muy lejos de terminar. Despedir a Comey fue equivalente a vaciar un galón de gasolina sobre una fogata, y, como muchos dedujeron la semana pasada, si el presidente no estaba siendo personalmente investigado en aquel momento, lo más seguro es que Mueller lo esté haciendo en este momento.
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