El senador Emilio Gamboa se reunió días atrás con dos altos ejecutivos de una firma del Grupo de los 10. El planteo al legislador del PRI fue muy concreto: que convenza a Enrique Peña Nieto de que Fernando Elizondo sea el interino de Jaime Rodríguez Calderón si este decide ir por la presidencia el año próximo.

El pedido cristaliza la percepción general de que el interinato se va a decidir desde Los Pinos y de allí bajará la directiva al Congreso estatal donde será implementada por las bancadas del PRI y del PAN. La temporalidad es otro factor: los empresarios tienen la idea de que una vez lanzado a la campaña, el Bronco ya no volverá al Palacio de Cantera y el interino terminará su gestión.

El mundo opuesto a lo que pretende el gobernador, que, según quienes lo escuchan últimamente, antes de no poder regresar al Palacio de Cantera optaría directamente por no contender.

Según explicaron en el encuentro con Gamboa, Elizondo es quien podría mantener cierto orden en el Estado y mejorar la seguridad que atraviesa un momento complejo. Elizondo fue coordinador ejecutivo del Gobierno Estatal y dejo la administración meses atrás por motivos nunca aclarados. 

Para graficar la situación, los ejecutivos dijeron que las empresas pondrían dinero para mejorar la seguridad pública pero solo si Elizondo respondiera como gobernador. 

Gamboa, conocedor de la política regia por su influencia en la campaña de Ivonne Álvarez en 2015,  habría señalado que el panismo estatal podría no avalar a Elizondo para que este sea interino. La respuesta fue automática: los diputados panistas harán lo que haga la bancada del PRI y no pondrán freno a una decisión que los supera ampliamente. Notable comentario para una IP que por estos días se muestra tan inquieta por la institucionalidad y el equilibrio de poderes en el Estado (el debate por el fiscal anticorrupción).