Gustavo de Hoyos, presidente de la Coparmex, no baja la guardia en el tema del salario mínimo. Abiertamente en descontento con el último acuerdo a inicios de diciembre del año pasado, ahora propone una ruta para ir de manera paulatina por su escalada, empujando porque para a más tardar en agosto, se presente un nuevo incremento.

En diciembre, el Consejo de Representantes de la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (Conasami), aprobó un acuerdo un alza nominal de 4 pesos, ubicándolo en 80.04 pesos, por debajo de la exigencia de la Coparmex, que era de 89.35 pesos, sin embargo, no tuvo el voto entonces de la CCE, a cargo de Juan Pablo Castañón.

Pero de Hoyos continuó instalando el tema y el jueves, la Comisión Nacional de Salarios Mínimos de la Coparmex entregará a la Secretaría de Trabajo y a representantes, el estudio técnico de su propuesta para impulsar un proyecto de largo plazo que permita impulsar el salario mínimo.

Y manda mensajes a los críticos de un mayor aumento, explicando que es un plan que no afecta las las variables fundamentales de la economía y agrega que después de ese aumento, no se aprecia un impacto inflacionario relevante, "ya que los productos que más incidencia han tenido en la inflación acumulada en 2017 están relacionados con los energéticos".

Y es que en sus últimos reportes, el Banxico hablaba ya con preocupación que el mercado laboral del país ha perdido holgura. "Ante ello, el incremento de los costos laborales podría reflejarse en la inflación", decía.

Pero el líder de la Coparmex descarta estos riesgos y se plantea que para el 2030, el salario mínimo pueda oscilar en un rango entre los 162.35 y 194.68 pesos diarios y para llegar a esto, plantea arrancar con los incrementos de manera inmediata.

Y levanta la apuesta, pues la ruta que imagina para iniciar este incremento, es que para los meses de julio o agosto, el salario mínimo debería ubicarse en 92.72 pesos.