El coordinador de los diputados del PRI en el Congreso de Nuevo León Marco González hizo resurgir la posibilidad de que la reforma electoral contemple a los diputados plurinominales. El gesto confirma una de las inquietudes de Enrique Ochoa antes de las elecciones del 4 de junio: que si el papel del PRI no era desastroso volverÃan a la carga los liderazgos estatales del partido par reforzar la vÃa plurinominal. El primer aviso se concreta en Nuevo León.
Ochoa tiene un cálculo de que el Estado mexicano se ahorrarÃa algo más de 2000 mil millones anuales si se eliminan este tipo de representaciones en el Senado y en San Lázaro. Que ahora diputados de su propio partido en Nuevo León refloten esa modalidad implica un problema de coherencia. El dirigente nacional interpreta que es un movimiento orquestado por los alcaldes Adrián de la Garza y Francisco Cienfuegos a quienes Ochoa entiende como los jefes del Congreso local.
De ahà que no es una casualidad el señalamiento de hoy miércoles del diputado federal del PRI Juan Manuel Cavazos de advertir que "la tendencia a nivel nacional va en el sentido contrario".
Las crÃticas también están en la bancada estatal del tricolor, donde los diputados habitualmente rebeldes a la conducción de González fueron los primeros en lamar al CEN en CDMX para hacer la correspondiente catarsis.
El problema para Ochoa es que en general lo jefes del PRI en los Estados no están felices con el final de los pluri y lo consideran una extravagancia del grupo polÃtico que influye en el primer cÃrculo de Los Pinos. De hecho, aseguran, en el futuro los pluri serán un refugio para un partido que ha perdido parte de su voto duro.
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