"Son un partido de mamones", repiten los priistas enojados con el Verde. Y la razón los acompaña en este malestar. Primero fue Carlos Puente, el líder de la bancada y luego el propio Pablo Escudero, presidente de la Mesa Directiva, en mandar una señal de apertura para sumarse al Frente Opositor.

En medio del coqueteo y las negociaciones en silencio entre el PAN y el PRD, los senadores del Verde abrieron la chance de sentarse a negociar, aunque por supuesto aclararon que apoyarán a la gestión de Enrique Peña Nieto hasta el último día de su sexenio.

En Los Pinos esas declaraciones molestaron. No por el impacto en las futuras pláticas para refrendar su alianza con el Verde. Allí aseguran que no "pagarán" ni un poco más por su compañía, como pretenden los del PVEM. Lo que molestó es la traición de Pablo Escudero, al hacer desde la Mesa Directiva del Senado.

Hay que recordar que la Junta de Coordinación Política de la Cámara Alta estableció a principio del sexenio, que en este período habría tres presidencias de Mesa Directiva para el PRI, dos para el PAN y una para el PRD.

Sin embargo, los del tricolor decidieron enviar un doble gesto de cordialidad al ceder uno de sus turno a Pablo Escudero. Se trató de un mimo a su aliado el Verde, pero también a Manlio Fabio Beltrones, que acababa de salirse de la dirigencia del tricolor después de las elecciones de 2016. Escudero es su yerno.

Ahora, desde ese lugar, Escudero dijo: "El PRI ha sido un aliado natural del Partido Verde, pero estamos abiertos a platicar con los demás partidos. Esperemos a que platiquen y a que ellos tomen las definiciones".

Frente a las obvias acusaciones de traición, el senador se adelantó y aprovechó para tirarle un centro a su suegro, que por estos días cabildea los gobiernos de coalición.

"La lealtad que debe tener el Partido Verde es con los mexicanos, no con otros partidos; está haciendo bien en platicar con otras fuerzas políticas. Lo que habrá que plantear son los gobiernos de coalición, donde quepan todos", concluyó.