El sondeo más reciente que se encargó desde la oficina de Rodrigo Gallart y que diseñó, como siempre, Alejandro Quintero arroja resultados que en parte eran esperados y otros que sorprendieron en la cotidianidad de Los Pinos.

El más predecible es que José Antonio Meade tiene un nivel de desconocimiento muy alto. A pesar de haber sido funcionario en la Sedesol y de tener un rol central en la SHCP, todavía hay amplias franjas del electorado donde es un desconocido absoluto, tanto para jóvenes como para adultos. Un dato que concuerda con la predicción de Andrés Manuel López Obrador de que Meade será candidato presidencial. 

Según entienden los analistas del presidente, este sería el deseo del tabasqueño porque el esfuerzo para hacerlo candidato a Meade debería ser descomunal y los recursos abultados. Y la campaña del Edomex fue demasiado costosa.

La sorpresa sería el alto nivel de imagen negativa de Manlio Fabio Beltrones. Esto se debería a que el elector medio sigue asociando al sonorense al primer circulo de Enrique Peña Nieto por lo cual la imagen negativa de este último se traspasa a Beltrones. 

El aura de independiente del ex dirigente del PRI, sus posturas a favor de gobiernos de coalición y sus mensajes de reclamo de mayor  institucionales no han ido más allá del mircroclima político. 

Finalmente el caso de José Narro. El secretario de Salud es mucho menos conocido de lo que se creía pero cuenta a su favor con que tiene una imagen más bien neutra. El dato más sensible de su sondeo es que a pesar de su paso por la UNAM no sintoniza con los jóvenes. Todo lo contrario: quienes más lo conocen son los adultos. Un reporte que cobra sentido si se observa el pobre desempeño de Narro en redes sociales, donde habita el electora joven. Al menos este sondeo termina de dar por tierra con la idea de que Naro podría ser el Bernie Sanders mexicano, precandidato demócrata que el año pasado desató furor entre los jóvenes en EU.