El resultado de Coahuila ya no se modificará.  Fue el mensaje que Ricardo Anaya recibió de parte del canciller Luis Videgaray que insiste en que, tal como contó LPO, el mejor escenario de modificación podría llegar a ser que se le entregue al PAN el control del Congreso estatal y algunas alcaldías más de la entidad norteña. Pero la gobernatura ya quedó para el clan Moreira.

La reacción del dirigente nacional del panismo no se hará esperar. Ayer martes le habría dado instrucciones al diputado federal Jorge Ramos para que eleve el nivel de confrontación al interior de la Comisión Bicameral de Seguridad Nacional que es donde se investiga el espionaje político denunciado semanas atrás por The New York Times.

Ramos ya está cabildeando la posibilidad de que las audiencias de la Comisión en las cuales se presenten figuras como Raúl Cervantes o el jefe del Cisen Eugenio Imaz tengan un registro estenográfico lo cual es una complicación porque el reglamento establece que todo lo que suceda en esta Comisión está protegido por el secreto.

Anaya quiere explotar al máximo este caso porque del arco político opositor es el único que pareciera contar con evidencias irrevocables de que fue espiado por el sistema Pegaso en poder de la PGR.

Esta actitud es complicada para Los Pinos porque la Comisión va a atener acceso a múltiples datos antes de las comparecencias. Filtraciones y operaciones mediáticas podrían estar a la orden del día, especialmente aquellas referidas a los millonarios contratos con firmas como NSO Group o la italiana Hacking Team.