En una primicia de La Política Online se dio a conocer los intereses de Carrier de desembarcar su planta de ventiladores a Monterrey, luego de pasar una serie de presiones por parte de Donald Trump. El desembarco comienza a materializarse y arrancó con el anuncio del despido de hasta 600 trabajadores.

Tan solo en la primera semana, la firma estadounidense recortará a 300 empleados de su planta de Indianápolis y en los próximos meses se concretará un total de 600 trabajadores despedidos, según informó la compañía.

En un comunicado, explicó que ello forma parte de un plan previamente anunciado para reubicar la producción de ventiladores, agregando que darían un pago único como indemnización por despido y seis meses de seguro médico.

Los planes de la empresa salieron a la luz desde febrero de 2016, cuando anunció sus intenciones de mover su planta de Indiana a Nuevo León, en un tiempo estimado de tres años. Lo que provocó las críticas de Trump, que en ese momento se encontraba en el momento más incendiero de su campaña presidencial.

Por ejemplo, amenazó con imponer aranceles de 35% a cada aparato de aire acondicionado que importara desde México. Finalmente en diciembre logró persuadir a la firma a mantener alrededor de mil empleos en Indiana.

A pesar de ello, se supo que informó que abriría mil 300 plazas en México: 600 de la planta en Indianápolis y otras 700 de una segunda fábrica que cerrará en Huntington, también en Indiana.

Exactamente un año después, LPO confirmó que el mismo secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, pidió a directivos del Tec de Monterrey que colaboren en el nuevo desembarco de la empresa Carrier.

Se trata de un centro de ingeniería y contratar a 240 profesionales mexicanos, a fin de mejorar desde este país el funcionamiento de los aires acondicionados y así, gasten menos energía y sean más ecológicos.

Este proyecto se iba a iniciar en Indiana, donde este el headquarter de la firma. El problema es que el "muslim ban" y las políticas migratorias de Donald Trump ponen en jaque este desarrollo: casi todos los ingenieros de la empresa son musulmanes, chinos e indios y cuentan con la visa de trabajo H1 o H1B que deben renovarse permanentemente.