"Nos vemos en Nicaragua". El nombre del paÃs centroamericano es para la izquierda catalana una referencia ineludible. En la calle que lleva ese nombre se ubica la histórica sede del Partido Socialista de Cataluña (PSC) que conduce Miquel Iceta. Es tan fuerte su presencia que es una de las pocas regiones en las que el PSOE optó por no abrir una franquicia local y aceptó que sea el PSC su único representante.
Iceta es además diputado y preside el bloque socialista en el Parlamento de Cataluña. Fue subdirector de Gabinete de Felipe González y uno de los primeros polÃticos de España en reconocer abiertamente su homosexualidad. Divertido y carismático, viene de protagonizar varios cruces encendidos con el presidente de la Generalitat, Carles Puidgemont, a quien acusa de meter en una encerrona a Cataluña con su plebiscito independentista unilateral y calificado por la justicia como ilegal.
En las recientes primarias socialistas fue el único presidente de región que apostó por Pedro Sánchez contra todo el establishment del PSOE y dieron el batacazo.
¿Cuál es su visión sobre este conflicto que ha desatado la decisión del president Puigdemont de convocar a un plebiscito sobre la independencia de Cataluña?
Esto es tan largo o corto como se quiera. La versión corta es que el gobierno de Cataluña quiere hacer algo para lo que no tiene competencia y esto va a crear un lÃo polÃtico monumental.
¿Qué consecuencias pueden derivar de ese choque?
Nos las sabemos, pero si sabemos que al otro dÃa del plebiscito no se va a arreglar el problema de fondo, que es que casi el 48% de los catalanes que votaron a partidos independentistas e incluso muchos de los que no lo somos, tampoco estamos de acuerdo con la situación actual. De manera que el dÃa 2 de Octubre, seguiremos con un problema pendiente de solución. Que para nosotros deberÃa abordarse mediante una reforma de la Constitución de España.
Sin embargo, el Partido Popular rechaza esa opción...
Hoy no quiere, pero no se a partir del 2 de Octubre. EL PP no quiso nada desde que ganó en 2011 y ahora dice que no quiere porque serÃa como ceder a un chantaje.
Lo que tenemos que recordar que en el 2014 el gobierno de Cataluña ya intentó hacer una consulta, primero fue anulada y la reconvirtió en proceso participativo que también se anuló e igual se celebró. En ese proceso, dicen los organizadores, que votaron unos dos millones doscientas mil personas de las cuales dos millones se declararon a favor de la independencia.
¿Cómo impacta la cuestión catalana en el diálogo que se abrió entre el nuevo PSOE liderado por Pedro Sánchez y Podemos de Pablo Iglesias, más cercano a Puigdemont?
Podemos está a favor de dos cosas: El carácter plurinacional de España y la posibilidad de un referéndum, aunque no son tan tajantes sobre si debe ser sobre la independencia de Cataluña.
Sin embargo, hay que decir que el enfrentamiento entre el PP y los independentistas se ha retroalimentado y probablemente otro gobierno de España hubiera propiciado un diálogo polÃtico que quizás nos hubiese evitado llegar a este extremo.
Por otro lado, tanto Podemos como el PSOE están a favor de reformar la Constitución de España. Ahà habrÃa un margen para una discusión profunda sobre que es España y como se organiza territorialmente.
Podemos surge porque España vive una crisis económica profunda y ellos son el altavoz de las reivindicaciones sociales no atendidas. Pero con Pedro Sánchez el socialismo vuelve a ubicarse claramente en la izquierda y ahora ellos la tienen más difÃcil sobrepasarnos.
¿La cuestión catalana se convirtió en un punto crÃtico en el diálogo de las fuerzas de izquierda de España?
Sà y no. La verdad es que cuando se reúnen los partidos sÃ, pero al mismo tiempo creo que no es esto lo que ha impedido los acuerdos. El Partido Socialista intentó con Pedro Sánchez una investidura llamando a Ciudadanos y Podemos, pero Podemos se declaró incompatible con Ciudadanos y no se llegó a una mayorÃa alternativa.
Usted apoyó la candidatura a presidente del PSOE de Pedro Sánchez y contra todos los pronósticos ganaron y ahora se abrió este diálogo con Podemos ¿Cómo deberÃa evolucionar?
Aquà tenemos que separar a Podemos de España del de Cataluña. Aquà existe, pero confluye con otras fuerzas en los Comunes, con los que los socialistas siempre nos hemos entendido y gobernamos con ellos. En cambio a nivel de España, entre el PSOE y Podemos no ha habido cultura de gobiernos compartidos.
¿De manera que a usted no lo asusta esta idea que machaca Rajoy, advirtiendo que Podemos es la puerta de entrada del chavismo a España?
Yo el miedo al rojo lo tengo poco (risas) y además estamos gobernando con ellos Barcelona y yo no he visto aquà chavismo por ningún lado. No se si en otros entornos Podemos harÃa otra cosa, pero aquà no ha ocurrido.
Por otro lado hay que preguntarse: ¿Por qué surge Podemos? Surge porque España vive una crisis económica profunda y Podemos es el altavoz de las reivindicaciones no atendidas y el desagarro social.
Luego se debatió mucho que Podemos aspiraba a ser el primer partido de izquierda de España y esto dificultó los acuerdos de 2015 y 2016 con el socialismo. Pero ahora creo que si eso era una perspectiva para ellos alcanzable, hoy está mas lejana porque el PSOE ha hecho su propia renovación y se ha instalado muy claramente en la izquierda y ahora Podemos la tiene mucho más difÃcil sobrepasar al socialismo.
Hay que reconocer que en los grandes parámetros macroeconómicos, Rajoy está sacando a España de la crisis. No hay dudas que estamos mucho mejor que hace cuatro años y eso es lo que le ha permitido ganar las elecciones.
¿Entonces ahora con la primacÃa del PSOE en la izquierda es más factible un acuerdo con Podemos para formar gobierno en España?
Creo que sÃ, porque la izquierda sólo gana cuando sectores de centro apuestan por el cambio que representa y creo que esto es más fácil con un cambio liderado por los socialistas que por Podemos.
España pasó de un sistema prácticamente bipartidista durante décadas a una de cuatro partidos en un plazo breve ¿Qué implica esto?
Me parece que la nueva polÃtica está envejeciendo muy rápido (risas). Surge como respuesta a demandas ciudadanas insatisfechas, pero luego empieza a reconocer las limitaciones del marco institucional y ahora ya no son tan nuevos. Pero al mismo tiempo creo que España no va a volver a escenarios bipartidistas y por eso soy partidario de acuerdos con la izquierda, porque además sino lo hacemos se le reconoce una prima al Partido Popular y se le regala la posibilidad de formar gobierno.
Por otro lado, para formar gobierno creo que hay que retomar lo que dijo el año pasado Pedro Sánchez cuando planteó la unidad de las fuerzas del cambio, donde es verdad que algunas están en la izquierda, mientras que Ciudadanos se sitúa en una especie de centro liberal y eso genera una dificultad. Pero creo que ese planteo respondÃa mejor al mandato electoral que la continuidad de Rajoy.
Rajoy ha logrado sin embargo una importante recuperación económica de España...
La verdad es que en los grandes parámetros macroeconómicos, Rajoy está sacando a España de la crisis. Otra cosa son los costos sociales y la discusión que necesitamos sobre que tipo de crecimiento queremos y si la actual creación de empleo es más precario.
O sea, hay mucho para discutir desde una perspectiva de izquierda, pero de lo que no hay duda es que económicamente España está mucho mejor que hace cuatro años y eso es lo que ha permitido que Rajoy gane las elecciones.
Al mismo tiempo los casos de corrupción siguen golpeando al PP...
Ocurre algo muy doloroso y es que el buen comportamiento económico ha hecho que los ciudadanos corran un velo sobre la corrupción del PP, que es muy sistémica.
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