Andrés Manuel López Obrador quiere adelantar los tiempos. Para septiembre busca tener el mapa de las candidaturas ya definido. Por eso, en el reciente Consejo Nacional de Morena definió cómo sería el método de selección de los postulantes para los diversos cargos que se pondrán en juego en 2018.

Consenso o encuestas. Esa fue la resolución. Si los diferentes grupos locales se ponen de acuerdo en sus respectivos Consejos Estatales, se podría conseguir una candidatura de unidad. "En donde no haya consenso, realizar encuestas y apoyar a quien resulte favorecido por los ciudadanos", rezaba el documento.

Pero a pocas semanas de poner las reglas de juego, ya hay denuncias en varios estados por presuntas "imposiciones" de mayorías. Es decir: los grupos que cuentan con un bloque sólido en el Consejo no se sientan a buscar un candidato de unidad, sino que buscan imponer su número en una votación.

Quizás el primer ejemplo de la fisura entre las bases y las cúpulas se vio en Puebla, aunque Morelos promete en convertirse en el primer gran escándalo de este proceso, con múltiples denuncias entre sus militantes.

La mañana de este martes se reunió en Morelos el Consejo Estatal. Allí tiene una holgada mayoría el senador Rabindranath Salazar. Su ex secretario privado, Miguel Enrique Lucía, comanda el partido. Pero un grupo minoritario empujaba la candidatura de Alejandro Vera, el rector de la Universidad Autónoma de Morelos.

Había unos 45 consejeros. Y cerca de 8 queríamos impulsar a Alejandro Vera. La gente de Rabin decía que tenían amplia mayoría, y que en todo caso se vote para medir fuerzas

Vera conformó junto al activista Javier Sicilia, el obispo Ramón Castro y una decena de ONGs el Frente Amplio Morelense que puso contra las cuerdas al gobernador Graco Ramírez. Le cuestionan la crisis de inseguridad, pero también el presunto abuso de autoridades contra los opositores.

"El Consejo inició como al mediodía. Había unos 45 consejeros. Y cerca de 8 -casi el 20%- queríamos impulsar a Alejandro Vera. La gente de Rabin decía que tenían amplia mayoría, y que en todo caso se vote para medir fuerzas", relató un militante que participó de la reunión.

El problema es que la resolución no se debía tomar por votación. "Esto es una imposición, así sea una sola consejera que no esté de acuerdo, se estableció que el candidato debía salir por consenso", levantó la voz Mayte Rojas, una de las consejeras que pretendía una encuesta para definir al postulante.

"Lo que más nos llamó la atención fue la actitud de Yeidckol, que intentó callarla diciendo que nunca la había visto y que había consejeros desconocidos para ella", agregó el militante moreno.

En rigor, no es la primera vez que militantes rebeldes se cruzan con las cúpulas de Morena. Ya en 2015 el propio López Obrador discutió a los gritos con un grupo de consejeros que se oponía a la designación de Jesús Estrada, como aspirante en Sinaloa. En ese momento, AMLO los acusó de ser "enviados por la mafia del poder".

"El acta del Consejo se la llevaron sin firmar. Creemos que la van a manipular dejándonos a nosotros afuera para montar un escenario de unanimidad que no existió. Andrés Manuel se tiene que enterar de esto", repetían los cercanos al rector de la UAEM.