El CEN del PRI está acelerando el armado de una comisión dedicada a cuestiones económicas y hacendarias con el objetivo de que desde ese grupo emerja el mensaje que contrastará con la campaña de Morena. El origen de este grupo se comentó en la última reunión que Enrique Peña Nieto tuvo con JoaquÃn Codwell y Alfonso Navarrete Prida, cuando evaluaron los empleos creados por la Reforma Energética.
Los convocados a la comisión ya tuvieron un primer encuentro. Asistió el secretario de EconomÃa Ildefonso Guajardo que lleva la voz cantante y se invitó a un grupo de analistas económicos que se desempeñan en las diferentes dependencias.
José Antonio Meade envió a Fernando Galindo, subsecretario de Egresos mientras que Miguel Messmacher quiso sumarse pero se le recomendó que mejor se mantuviera al margen porque este funcionario ligado a Luis Videgaray va a tener un rol decisivo en la confección del último presupuesto del sexenio actual. El razonamiento es sencillo: la idea es no mezclar lo electoral con lo administrativo, o al menos eso le dijeron a Messmacher.
El grupo tiene dos misiones de gran talante por delante. Por un lado, intentar explicar al ciudadano común, al hombre de a pie, por qué las reformas estructurales han mejorado la vida de los mexicanos.
Es quizás el tema más sensible y desafiante, pues muchos de los publicistas del presidente señalan que la caÃda en su popularidad se explica justamente en que la gente no percibe las bondades de reformas como la energética, de telecom o la financiera.
El mainstream dice que la gasolina se ha disparado, que la telefonÃa sigue siendo más barata en EU y que los bancos no reinvierten sus cuantiosas ganancias en dar un mejor servicio. Estas construcciones -a veces alejadas de los datos duros- son las que este grupo debe revertir con argumentos sólidos pero sencillos para las mayorÃas.
El segundo foco es netamente electoral. Y consiste en marcar las falencias del populismo que vendrÃa a representar AMLO. En Los Pinos están convencidos de que la clave del 2018 está en explotar la idea de que el jefe de Morena ya no es un riesgo comparable con Nicolás Maduro pero que, por una serie de factores internos y externos, no está preparado ni tiene a los hombres necesarios para pilotear la situación económica.
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