El último reporte de JP Morgan para sus grandes clientes de Estados Unidos advierte que aún en una presidencia de Andrés Manuel López Obrador sería difícil que se revirtieran las reformas estructurales del actual sexenio. Sin embargo, la entidad estima que la implementación de las mismas podría ser más lenta. Concretamente hace foco en la reforma energética.

Tal como explicó LPO, en el sector petrolero la promesa de Poncho Romo de sostener los contratos firmados en el marco de dicha reforma no termina de transmitir seguridad a los hombres de negocios.

Espaciar las rondas para redefinir los campos a licitar es un costado del posible plan de AMLO que el empresariado rechaza porque haría que la reforma fuera menos interesante para actores internacionales que busquen asociarse con firmas mexicanas.

Reorientar el plan de Pemex hacia la construcción de refinerías también es un aspecto que no termina de ser aceptado por el sector al entender que se trata de una inversión que Pemex no está en condiciones de hacer mientras el valor del crudo se mantenga como está.

El paper de JP Morgan también señala que sería importante que un eventual gobierno de Morena mantenga el plan de consolidación fiscal. Un dato no menor si se considera la negativa de AMLO a expandir la base recaudatoria. 

El informe que lleva la firma del economista Luis Oganes estima además que el resultado tangible de las reformas se podrá ver recién en cinco años cuando habrá mayor inversión extranjera y precios más accesibles en gasolinas y telecomunicaciones.

Sobre la renegociación del TLCAN advierte que hay grandes negocios e intereses en juego y que la expectativa es que se logre una modernización del tratado.