Diferentes emisarios de Grupo México comienzan a cabildear con los precandidatos a la presidencia en 2018 para advertirles los problemas que traería para su negocio un regreso al país de Napoléon Gómez Urrutia, poderoso sindicalista que vive en Canadá luego de que se impulsaran múltiples demandas en su contra. Si bien ya la Suprema Corte ha exonerado a Gómez Urrutia, este ha declarado que se siguen presentando denuncias en su contra y que estas provienen del conglomerado cuyos destinos dirige Germán Larrea Mota.

Cuando el titular del Sindicato Minero Nacional estaba en el país y en su cargo, ya tenía una relación turbulenta con Larrea. El gremialista dice que Larrea intentó expulsarlo de su sindicato y que abandonó el país bajo amenaza. 

Su salida no cambió la situación: ya hay huelgas mineras que llevan 10 años en diferentes estados del país. Estas son impulsadas por fuerzas sindicales que reclaman indemnizaciones a Grupo México por accidentes y muertes en las minas que la empresa controla.

Cerca de Larrea explican a los candidatos de distintos partidos  que estas huelgas son financiadas por el sindicalista desde Canadá y que están colocando al negocio minero en situación de riesgo.  

Alegan que el último año el país cayó 13 posiciones como uno de los más atractivos para invertir en la industria minera mundial, al pasar de la posición 37 hasta la 50, de un total de 104 provincias dedicadas a esta actividad; en América Latina, el país fue del segundo al quinto sitio, desbancado por Perú, Chile, Argentina y la Guyana francesa.

Para reforzar, muestran el  informe anual de la Cámara Nacional de la Industria Minera (Camimex), dice que aún cuando México es un actor relevante en la minería mundial, ha caído 26 puestos en el Índice de Atractivo a la Inversión, desde 2014.

Afirman que esto se debe en gran medida a la situación gremial pero además a la inseguridad y a la elevada carga impositiva.