México logró revertir en poco tiempo la calificación negativa que Standard & Poors y Fitch habÃan colocado sobre su deuda, abriendo nuevamente el deabte sobre la seriedad de las calificadoras internacionales.
A partir de la presentación de nuevos datos sobre la deuda pública, se produjo un cambio positivo en la calificación otorgada por las agencias crediticias Standard and Poors y Fitch, que para algunos especialistas se "apresuraron" a castigar a la economÃa azteca.
El gobierno de Peña Nieto concretó una serie de medidas de disciplina fiscal que satisfacen los requerimientos de las agencias calificadoras, aunque esto podrÃa deteriorar el estado de las cuentas fiscales en un mediano plazo.
Esto se debe a que una reducción del coeficiente Deuda pública/Producto Bruto Interno requiere una aceleración del crecimiento de la economÃa, que puede verse afectado por la misma polÃtica de disciplina fiscal que las calificadoras exigen.
Y por otro lado, el no obedecer los mandatos de las calificadoras puede provocar una nueva caÃda de la nota crediticia, lo que puede afectar las inversiones de corto y largo plazo, al mismo tiempo, que aumentarÃa los costos financieros de la deuda.
Este dilema, que enfrentan muchos paÃses en vÃas de desarrollo a la hora de elegir entre una polÃtica macroeconómica autónoma y satisfacer los requerimientos de los organismos internacionales y agencias calificadoras no es nuevo.
La situación de la deuda
La deuda pública de México ha sido objeto de debate en los últimos años. La cuestión reside en determinar si la reacción de las agencias crediticias fue objetiva o exagerada.
¿Era realmente excesivo el nivel de deuda de México a finales del 2016? Tomando el coeficiente de deuda a PIB elaborado por la OCDE, el 50% de México puede considerarse relativamente bajo al compararse con otros paÃses.
Por eso, en su crÃtica, muchos analistas hicieron hincapié no tanto en el nivel de la deuda de México, sino en su acelerado ritmo de crecimiento, sumado al abandono de una polÃtica fiscal "sana", que puede derivar en un ritmo insostenible en el mediano plazo.
Sin embargo, tomando como medida de la deuda el Saldo Histórico de los Requerimientos de la Deuda del Sector Público o SHRDSP (medida más robusta que la Deuda Bruta) el endeudamiento mexicano no parece ser excesivo. En términos comparativos el aumento es menor al promedio (82,6%) y a la mediana (66,5%) de la OCDE.
Incluso analizando la capacidad de pago medida por los ingresos tributarios notamos una evolución favorable. Según los informes de la SecretarÃa de Hacienda y Crédito Público, si bien entre el año 2006 y el 2012 tuvo lugar un deterioro, en lo que va de esta administración, ha mejorado considerablemente, representando el SHRFSP 3,7 veces los ingresos tributarios en el 2016. Esto es importante teniendo en cuenta que en el año 2012 el indicador habÃa llegado a 4,5.
Asimismo, el costo financiero de la deuda se ubica en el mismo nivel que hace una década representado el 17,9% de los ingresos tributarios en el año 2016. Un porcentaje bajo teniendo en cuenta la depreciación del tipo de cambio en los últimos dos años y la elevación de la tasa de interés. Este dato puede considerarse optimista considerando que en el año 2006 éste indicador alcanzaba el 28,4% de los ingresos.
Por supuesto, para tener una imagen más completa es necesario analizar las trayectorias de los determinantes de la deuda: los ingresos presupuestarios, el gasto público y el déficit público.
Pero si se los tiene en cuenta, también se llega a la conclusión de que la situación no parece haber sido de tanta gravedad.
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