Uno de las grandes discusiones de los últimos meses giró en torno a los candados. Los Pinos querÃa abrir su abanico de posibilidades para elegir en los próximos meses al hombre que jugará para la sucesión de Enrique Peña Nieto. Pero debÃan enfrentar la resistencia de los "rebeldes".
Dos candados eran claves para el cÃrculo más Ãntimo de Peña Nieto. Uno es la condición de tener 10 años de militancia, que podrÃa dejar afuera a Aurelio Nuño, uno de los máximos consentidos del Presidente.
El segundo, la posibilidad de incluir a un candidata externo o "simpatizante" para la pelea presidencial. Hasta ahora, el artÃculo 166 -que establece los requisitos para los postulantes a cargos electivos- permitÃan a candidatos ciudadanos sólo hasta el rango de gobernador.
Abrir ese candado ponÃa a otro jugador clave en la pelea: José Antonio Meade. El Secretario de Hacienda es un hombre prestigioso y que empieza a mostrar algunos logros en el manejo de la nave económica, justo después de un par de años turbulentos para el paÃs.
"Conforme a lo dispuesto a la ley, la Comisión PolÃtica Permanente podrá aprobar la participación en el proceso de postulación a cargos de elección popular a ciudadanas y ciudadanos simpatizantes, cuando su prestigio, fama pública, además de los estudios demoscópicos, señalen que se encuentran en un nivel de reconocimiento y aceptación superior al de los militantes que aspiren al mismo cargo".
Esa será la redacción final, habilitando entonces que un externo pueda aspirar a la candidatura presidencial. La propuesta fue aprobada prácticamente por unanimidad.
Los rebeldes no se opusieron a esta propuesta, porque su verdadero interés pasa por otras dos vÃas. Por un lado, impulsar la selección por voto directo de los militantes para la candidatura presidencial.
Por el otro, quitar algunos de los requisitos que se imponen -como los apoyos de los sectores-, que ponen en desnivel a los militantes frente a los "simpatizantes". En resumen, el debate es para quitarle el histórico poder de definición a Los Pinos de definir al sucesor.
La derrota de Ivonne
Uno de los puntos más conflictivos fue justamente la propuesta de quitarle el poder a Enrique Peña Nieto de incidir directamente en la definición del candidato que peleará la sucesión, como marca la liturgia del PRI. En ese aspecto, el tricolor todavÃa deberá esperar para transitar una democratización total.
La ex gobernadora Ivonne Ortega, apoyada por José Encarnación Alfaro y algunos delegados más, propuso establecer un artÃculo transitorio en los estatutos que obliguen a definir al postulante presidencial de 2018 a través de una interna de votación directa entre los militantes.
Es una de las propuestas que más empujaron los "rebeldes" con una campaña mediática muy fuerte, exponiendo asà públicamente las grietas en el tricolor. Se votó y se rechazó de plano esa iniciativa. "Unidad, unidad", gritó una mayorÃa de delegados, pasándole asà una factura a la yucateca.
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