La posibilidad de organizar un frente Morena-MC-PT  para la contienda por la alcaldía de Monterrey comienza a perder fuerza. En los últimos días Patricio "Pato" Zambrano habría hecho comentarios negativos sobre la posibilidad de una sociedad con Morena. Sus últimos intercambios con la secretaria general Yeidckol Polevnsky no han sido favorables y describen una relación que fue de mayor a menor.

Zambrano ha conversado el tema con Beto Anaya, jefe del PT, que no acepta una alianza que no tenga a una figura de su partido como candidato. El animador Zambrano  no ha logrado establecer sintonía tampoco con Samuel García, dirigente estatal de MC con quien tiene hasta dificultades para reunirse a conversar, algo elemental para cualquier armado.

Tampoco ha caído bien en el PT la intención de García de sumar al diputado estatal Sergio Arellano a su bloque en el Congreso con la intención de lograr la Mesa Directiva en el periódo que se inicia en septiembre.

El inconveniente adicional que ofrece el frente es la división que existe en las filas de Morena en la entidad y que quedó en evidencia en la última incursión de AMLO a la entidad, cuando el armador Froylán Yescas no quería fotos del tabasqueño con García en el mismo presidium.

Son movimientos a considerar porque comienzan a configurar un escenario de pulverización del voto en la contienda por la capital estatal. A los candidatos independientes (Adalberto Madero y Aldo Fasci)s se suma ahora una división del voto de centro-izquierda en caso de que Morena y MC insistan con su alianza y presenten un abanderado propio. Frente a toda esa disgregación aparece la estructura del PRI.