En la primera incursión de Luis Videgaray a la Casa Blanca, Donald Trump escribía en Twitter a favor del muro fronterizo y Kellyane Conway organizaba un acto con víctimas criminales mexicanos en EU. 

Detrás de ambos actos que congelaron la relación desde el inicio, estaba Steve Bannon, que es el ideólogo del discurso anti-México en el equipo de Trump. Por eso, para Los Pinos es una buena noticia su salida de la Casa Blanca, especialmente tras el kick off para renegociar el TLCAN.

Cuando lo vió en el Ala Oeste de la Casa Blanca, a Videgaray lo desconcertó que Bannon entró y salió de ese encuentro inaugural en varios ocasiones sin siquiera excusarse, al borde del maltrato personal. Cuando le preguntaron, a modo de conversación amena, si había visitado alguna de las playas paradisíacas de México, el asesor contestó de mala manera que no le gustaba vacacionar fuera de EU.  

Meses antes de esa reunión Breitbar, la empresa de comunicación de Bannon, ligaba a la campaña presidencial de Enrique Peña Nieto con grupos criminales. Campaña que, por cierto, coordinó Videgaray. Breitbart nunca aportó el menor elemento de prueba.

La enemistad con Videgaray se complementa con el hecho de que Bannon mantenía duros enfrentamientos con los dos mejores aliados del canciller en la Casa Blanca: Jared Kushner y el jefe del consejo económico, Gary Cohn.

Respecto al comercio el estratega alimenta dos líneas discursivas: que México le quita empleos a EU y que el gobierno mexicano desaprovechó el TLCAN porque el país no se había desarrollado como EU y Canadá.  La primera fue sumamente explotada en la campaña presidencial.

Su salida podría acelerar la renegociación porque existe la creencia de que Bannon buscaba extenderla hasta las elecciones de medio término y presentar la negociación como un triunfo de EU frente a México.