Si bien el Gobierno federal ha reconocido algunos elementos tanto internos como externos por el cual el crecimiento económico sigue sin repuntar, para el sector privado la respuesta en realidad es el reciente crecimiento de la corrupción y la impunidad.

Desde el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP), su director Luis Foncerrada, apuntó que la única manera de combatirlo es a través de un Estado de derecho, que comabte la pobreza y la inseguridad.

"Durante las últimas tres décadas se han instrumentado diversas políticas económicas en busca de fortalecer el crecimiento de la economía, Medidas de política monetaria, fiscal, de competencia y en materia de inversión, entre otras, que si bien lograron establecer un entorno de estabilidad macroeconómica, no han podido concretar su objetivo de elevar el ritmo de crecimiento", señaló.

Expuso que tanto la corrupción como la impunidad se han fortalecido de tal manera que han escalado a niveles preocupantes, sobre todo porque han dejado al descubierto la fragilidad de las instituciones encargadas del fortalecimiento del estado de derecho y del cumplimiento de las leyes.

"El ambiente de corrupción en el manejo de los recursos públicos, en la asignación de proyectos de inversión en infraestructura, temas de seguridad, salud e incluso educación, son la base de un entorno de desconfianza que inhiben una mayor inversión productiva, y por lo tanto limitan la generación de nuevos puestos de trabajo mejor remunerados", argumentó Foncerrada.

Agregó que la corrupción e impunidad no son un problema reciente, "pero sí se puede decir que en los últimos años estas actividades se han fortalecido al grado de que especialistas y organismos nacionales e internacionales las han definido como parte de los principales factores que pueden inhibir un mayor crecimiento de la economía".