Con una hoja de vida que parece haber sido escrita por un guionista de películas de acción mediocres, Robert Mercer ha sido descrito como "el misterioso billonario detrás de Breitbart" y de Stephen K. Bannon, quien hasta la semana pasada era el estratega en jefe de Donald J. Trump. Si bien Mercer hizo su fortuna en la banca de inversión, es un mundo al que llegó relativamente mayor.

Mercer, quien es físico y matemático por la universidad de Nuevo México y tiene un doctorado en informática por la universidad de Illinois, arrancó su carrera en el campo de la informática en los años 60. Se unió a IBM en 1972 y colaboró en proyectos de alto nivel en el desarrollo de tecnologías de inteligencia artificial. Su trabajo en este campo ha sido tan influyente que en 2014 recibió el premio "logro de vida" de la Asociación de Lingüística Computacional. Fue hasta 1993, cuando tenía 47 años, que el científico fue reclutado por el fondo de inversión Rennaissance Technologies, firma fundada por James Simons, otro matemático de clase mundial y ex analista de la CIA que acostumbraba reclutar matemáticos en lugar de banqueros o especialistas en finanzas. La apuesta funcionó y para 2009, tras la muerte de Simons, Mercer ya era co-CEO de uno de los fondos más grandes del mundo, con alrededor de 25 mil millones de dólares de cartera.

Mercer es el principal financiador del portal dirigido por Bannon, Breitbart, que desde hace años ha emprendido una yihad contra el establishment del partido republicano

Desde mediados de los dos miles Mercer ya figuraba como uno de los grandes financistas detrás de decenas de candidatos e instituciones conservadoras como el Cato Institute y la Heritage Foundation. Para 2015 se calcula que Mercer había donado algo así como 35 millones de dólares sólo para campañas políticas en el nivel federal.

Durante la campaña presidencial, Mercer apoyó en un inicio al senador texano Ted Cruz, el último en rendirse y conceder la candidatura republicana a Donald Trump. El billonario y su operadora Kellyanne Conway, quien, en su rol de "consejera del presidente", hoy puede ser vista en televisión defendiendo las disparatadas acciones de Trump prácticamente todos los días, produjeron cientos de horas en comerciales de televisión atacando a Trump para favorecer a Cruz, y tras la salida del texano pasaron sus considerables fondos y esfuerzos a la campaña del hoy presidente. De hecho, en pocos meses Mercer se convirtió en el más grande donador de la campaña del magnate inmobiliario.

Pero Mercer no sólo apoyó a Trump con su abultada cartera. Es en esta altura de la campaña que Steve Bannon y Kellyanne se unieron de manera oficial a la organización del presidente. Bannon bajo el extraño título de "CEO de campaña", una posición que - igual que la que tendría en la Casa Blanca meses después - había sido inventada exclusivamente para él, y Conway como directora. La entrada de Bannon no fue casualidad. Mercer es el principal financiador del portal dirigido por Bannon, Breitbart, que desde hace años ha emprendido una yihad contra el establishment del partido republicano.

Stve Bannon.

Breitbart

Si Fox News es la herramienta de propaganda del Partido Republicano que ha ganado millones de dólares para Rupert Murdoch, Breitbart es la herramienta de propaganda de los nacionalista conservadores que le ha costado millones a Robert Mercer.

El millonario ha usado al portal -- ferozmente comandado por Bannon -- para atacar a figuras del establishment como Eric Cantor, quien entre 2011 y 2014 fue el líder de los republicanos en la Asamblea de Representantes. Mercer financió la campaña de Dave Brat, candidato del movimiento Tea Party que se convirtió en la primera persona en la historia en ganarle una campaña al líder de un partido en la Asamblea. Para ponerlo en contexto, es como si alguien le ganara la curul a Manlio Fabio Beltrones, una proposición que se antoja imposible.

Tras eliminar a Cantor, Breitbart apuntó sus baterías contra el presidente de la Asamblea, el también republicano John Boehner, quien después de que fue saboteado por el poderoso Liberty Caucus, bancada de asambleístas del Tea Party, renunció frustrado. A su reemplazo, Paul Ryan, prácticamente tuvieron que suplicarle que tomara la posición de líder de la asamblea, y sólo accedió después de haber asegurado la bendición de la bancada libertaria.

Lo que separa a Mercer de billonarios financieros como George Soros o Warren Buffet, o de genios tecnológicos como Bill Gates o Tim Cook, no es sólo su inclinación conservadora-libertaria, sino que genuinamente cree que personajes como los Clinton forman parte de una cabal maligna que debe ser destruida.

Al igual que muchos seguidores de Trump, Mercer es creyente de disparatadas teorías de la conspiración, como que, según narró la periodista Jane Meyer, los Clinton habían mandado asesinar a varios de sus opositores y que Bill, cuando era gobernador, dirigía una operación de narcotráfico desde el aeropuerto de Mena, Arkansas.

De acuerdo con los testimonios recabados por Meyer, Mercer cree, por ejemplo, que la radiación nuclear ocasionada por los bombardeos en Japón al final de la segunda guerra mundial en realidad fue benéfica para quienes la recibieron, y que los daños a la salud de dicha energía son un mito.

Al igual que otros ultraconservadores, Mercer está en contra de los programas sociales, de la intervención del Estado en todos los asuntos que no tengan que ver con la Defensa o política exterior, y es un fiel opositor a las regulaciones ambientales

Por supuesto, al igual que otros ultraconservadores, Mercer está en contra de los programas sociales, de la intervención del Estado en todos los asuntos que no tengan que ver con la Defensa o política exterior, y es un fiel opositor a las regulaciones ambientales o de cualquier otro tipo que, en opinión de los conservadores, limitan las libertades individuales de los ciudadanos.

Ha sido pues un aliado de Trump, y uno de los principales responsables de ponerlo en la Casa Blanca; pero también ha sido, junto con Bannon, quien le recuerda al presidente su compromiso con los antisistema que lo votaron y financiaron su campaña. No es casualidad que Trump, quien básicamente no tiene ninguna ideología, ha desarticulado cientos de regulaciones impuestas por la administración de Barack Obama, y sacó a Estados Unidos del Acuerdo Climático de París, iniciativa ambiental que ambos partidos apoyaban de manera abierta. El muslim ban que tenía el objetivo de prohibir la entrada a Estados Unidos a millones de personas del mundo musulmán, también salió de la mente de Bannon.

McMaster y Trump.

Flickr

Tras su salida de la Casa Blanca, Bannon regresó a su amado portal, desde donde advirtió que desataría "una guerra nuclear" contra los globalistas en el Gobierno, personajes como Gary Cohn, ex CEO de Goldman Sachs y principal asesor económico del presidente, y H.R. McMaster, asesor de seguridad nacional de Trump, quien ha sufrido brutales ataques desde hace meses por parte de Breitbart. Esta campaña contra McMaster fue una de las razones del desencanto de Trump con su ex estratega en jefe.

"Steve Bannon será una dura e inteligente nueva voz en Breitbart... tal vez mejor que nunca. ¡Las fake news necesitan la competencia!", tuiteó el probablemente aterrado presidente

Mercer no sólo se reunió con Bannon poco después de que abandonara la administración, sino con el mismo Trump. Las explosivas declaraciones de Bannon, quien durante siete meses mantuvo un perfil más bien discreto frente a los medios, no son casualidad. Probablemente son apenas el inicio de una nueva batalla contra el establishment, esta vez desde afuera de la Casa Blanca.

"La presidencia de Trump por la que luchamos y ganamos se acabó", sentenció Bannon horas después de que se anunciara su salida. "Todavía hay un movimiento enorme, y vamos a hacer algo con la presidencia de Trump. Pero esa presidencia se acabó. Va a ser otra cosa. Y habrá todo tipo de batallas, y habrá días buenos y días malos, pero esa presidencia se acabó".

Se ha especulado que quizá Mercer y Bannon, empoderados por su éxito en la presidencial de 2016, emprenderán una nueva aventura: Breitbart TV, un arma de destrucción masiva contra el status quo conservador.

Tras la noticia del regreso de Bannon a Breitbart, Trump no se tardó en festejar en Twitter y felicitar a su ex estratega: "Steve Bannon será una dura e inteligente nueva voz en Breitbart... tal vez mejor que nunca. ¡Las fake news necesitan la competencia!", tuiteó el probablemente aterrado presidente. Después de ver la suerte de Boehner, Cantor y otros que se cruzaron en el camino de Mercer, la amabilidad del presidente no resulta sorprendente.