Es un anuncio económico, pero sobre todo una señal política. Esa es la lectura que hacen por estas horas en el PAN tras la amplia difusión de las "cifras revisadas" del INEGI, donde se confirmó que durante el segundo trimestre la economía creció 2.8% a tasa anualizada.

El organismo siempre revisa los números, pero el análisis entre los opositores del blanquiazul surge por el contexto político: ahora el Secretario de Hacienda tiene pista para carretear hacia 2018. "Cuando se hizo el anuncio de estos mismos números en julio, los resultados de la Asamblea del PRI todavía eran una incógnita", resumió un panista.

El INEGI confirmó un incremento a tasa anual de 2.8%, empujado por el dinamismo del sector servicios. Con este resultado, la economía alcanzó un crecimiento anual en el primer semestre del año de 2.3%. Se trata de un retroceso muy ligero frente al 2.4% reportada en el mismo periodo del año anterior. Un resultado muy positivo frente los nubarrones externos.

Como viene informando La Política Online, las actividades industriales siguen sin encontrar un piso: reportaron un retroceso anual de 1.1% en ese segundo semestre. Este resultado fue responsabilidad del sector minero, el cual tuvo una caída de 8.5% debido al desplome de la producción petrolera, principalmente.

La industria de la construcción registró un retroceso anual de 1.5% en el segundo trimestre. El agro registró un incremento de 0.7%. Pero el sector terciario -comercio, transporte y servicios- se constituyó en el segmento más dinámico de la economía con un crecimiento de 3.2%.

José Antonio Meade se mostró en la Asamblea del PRI como si fuera un rockstar.

Cuartoscuro

En efecto, estos mismos números del INEGI -o muy similares- se dieron a conocer el 31 de julio, y para ese momento todavía no estaba claro si el PRI quitaría los candados para que los externos (como José Antonio Meade) pudieran inscribirse. Eso finalmente ocurrió, y ahora Enrique Peña Nieto tiene varias cartas más en su baraja sucesoria.

No hace falta recordar que Meade fue quizás uno de los máximos ganadores de esta Asamblea. También Aurelio Nuño, uno de los hombres de mayor cercanía y estima del Presidente, pues ya no carga con el candado de los diez años de militancia.

Aunque Meade también suena para el Banco de México, los primeros resultados positivos en su gestión -después de más de dos años de incertidumbre- lo colocan como un postulante robusto. Su perfil pro-sistema pero transversal a los partidos tradicionales lo hacen un precandidato serio.