Esta noche Phoenix, Arizona se prepara para el arribo de Donald Trump. El presidente, quien lleva ya siete meses en la presidencia, ofrecerá uno de sus rallies estilo campaña en los que cientos de sus seguidores lo vitorean y aplauden sus ataques a los viejos "enemigos" de siempre: crooked Hillary, Obama y otros espectros en la narrativa trumpiana.

A diferencia de otras ocasiones, un fuerte contingente se ha organizado para protestar la presencia de Trump en Arizona, y es que desde sus criticadas declaraciones la semana pasada sobre la violencia desatada en Charlottesville, Virginia por un grupo de neonazis y supremacistas blancos, la oposición ciudadana está más vocal que nunca.

El alcalde de Phoenix pidió hace días a Trump que moviera la fecha del evento debido a que los ánimos están muy cargados desde los sucesos en Charlottesville.

Trump atrajo el escarnio de toda la clase política cuando se negó a condenar a los neonazis e insistió en acusar de la tragedia donde una mujer perdió la vida "a ambos bandos".

A Trump le urge reconectar con su base, quienes lo eligieron por la promesa de reactivar la industria manufacturera y acabar con la migración

Algunos temían que Trump, cuyos índices de aprobación están por los suelos, aprovechara el evento para ofrecer un perdón presidencial a Joe Arpaio, el exsheriff del condado de Maricopa que fue declarado culpable por detener a personas "de apariencia" indocumentada y violar la orden de un juez. El sheriff Joe, como es conocido, tiene una amistad con Trump desde 2012, cuando se unieron para impulsar la teoría de la conspiración que indica que Barack Obama en realidad nació en Kenya y no en Estados Unidos.

Con la salida de Steve Bannon, el principal representante del ala ultranacionalista en la Casa Blanca, y el anuncio anoche de que continuará la guerra en Afganistán, a Trump le urge reconectar con su base, quienes lo eligieron por la promesa de reactivar la industria manufacturera y acabar con la migración, de ahí que el perdón para Arpaio no sonara tan descabellado. El mismo Trump aseguró hace unos días que estaba "considerando seriamente" un perdón para el controversial sheriff.

Sin embargo, hace unos minutos la Casa Blanca rechazó que Trump fuera a anunciar hoy el perdón para Arpaio, aunque no descartaron que pudiera ocurrir en un futuro.

Se espera que cientos de manifestantes tomen las calles de la capital del estado y protesten la tibia respuesta de Trump ante los supremacistas blancos que el pasado sábado 12 cobraron la vida de una manifestante anti fascista.

La invitación enviada a través de Facebook llama a Trump "líder supremacista blanco" y lo acusa de haberse alineado con "los neonazis" de Charlottesville. "Ven a defender la decencia, equidad, y el bien. Ponte de pie en solidaridad con la gente valiente de Charlottesville. Ponte de pie contra el prejuicio, el odio, la supremacía blanca, los nazis, la islamofobia, transfobia, xenofobia".

El presidente probablemente hablará de temas migratorios y la construcción del elusivo muro que aún no ha podido echar andar.

Diez organizaciones convocaron a distintas marchas. En total se espera que unas 10 mil personas protesten las políticas de Donald Trump.