Si bien la Suprema Corte de Justicia buscó un escenario de equilibrio al fallar a favor de Carlos Slim por la tarifa cero pero sin retroactividad, esto no quita que las grandes empresas de telecom ya están revisando sus planes para México. Simplemente en el sector la resolución de la Corte fue entendida como un retroceso a la reforma telecom y como un rasgo de poca certidumbre jurídica en el país. En definitiva, lo que sucede siempre que un tribunal interviene sobre legislación de los congresos. 

El primer efecto ya estaría a la vista. Al otro día del fallo la estadounidense Sprint paralizó sus conversaciones con Telefónica hasta nuevo aviso. La firma estaba interesada en adquirir un porcentaje de la española en México. El nuevo marco jurídico fuerza a una corrección porque a las estrategias de precios ahora hay que agregarles el pago que se debe realizar a América Móvil por las tarifas de interconexión.

Estuvo tan calculado el timming de la resolución cortesana  que se conoció el día que la prensa económica estaba volcada al TLCAN que iniciaba su renegociación en Washington DC. Pero no habría sido suficiente como tampoco podría serlo la velocidad con la que la Cofece avaló la fusión AT&T-Time Warner para México. Este ocurrió ayer pero en el corporativo de Dallas de AT&T está bajo riguroso estudio el futuro de su negocio mexicano.

 Sprint dejaría a Telefónica sin un acuerdo necesario para confirmar lo que ya se da por descontado en el mercado: que la compañía española quiere dejar México o al menos reducir su participación en el mercado. De eso hablaron Enrique Peña Nieto y Mariano Rajoy en Alemania, cuando el jefe de gobierno español pidió respetar la inversión que Telefónica hizo en el país cuando México solo representa el 3% de los ingresos de Telefónica en todo el mundo. 

Sprint es actualmente la tercer compañía de telecom más grande de EU y que como ahora encontró su techo en ese país busca nuevos mercados en Latinaomérica.