Pese a la incredulidad de muchos, la ruptura de Ricardo Monreal con Morena se fue convirtiendo en un escenario tangible e inminente, como adelantó hace semanas La Política Online. El delegado de la Cuauhtémoc no está dispuesto a aceptar otro cargo que no sea la candidatura de la Ciudad. Por eso, el Frente Amplio se volvió un oportunidad concreta.

Dante Delgado tiene una larga amistad con Monreal y empuja su candidatura desde Movimiento Ciudadano, una de las tres patas del Frente. "Es mucho mejor candidato que Alejandra, la puede alcanzar a Sheinbaum e incluso ganarle. Barrales no llega", repite en cada conversación que sostiene a solas con Ricardo Anaya.

Este medio también anticipó las comidas que Monreal tuvo con caciques del PAN. Jorge Romero y Christian Von Roehrich ya le expresaron sus ganas de apoyarlo. Incluso en la última reunión de Asamblea Permanente del PAN-DF soltaban entre sus grupos que el delegado ya era su hombre.

Pero Miguel Ángel Mancera no entregará la Ciudad así nomás, y Alejandra Barrales tampoco. "Nadie está hablando con Monreal ni con ningún otro sobre temas de candidaturas", soltó la dirigente nacional del PRD, un poco incómoda ante la pregunta de la prensa. La instalación de Monreal como un adversario interno ya es una realidad.

Quien está muy preocupado es Ricardo Anaya. El líder del PAN sabe que su candidatura presidencial dependerá de los equilibrios que se consigan en las negociaciones. La postulación presidencial le correspondería a él sólo si logra llegar a un acuerdo con Miguel Ángel Mancera. Para el Jefe de Gobierno, Anaya siempre quiso guardar la Fiscalía General o la Secretaría de Gobernación, además de garantizarle el control de la sucesión en la Ciudad.

"Si lo presionamos para poner a Monreal y le quitamos la Ciudad, entonces reclamarían más de la mitad del Gabinete", es el argumento que Anaya le habría devuelto a Dante Delgado. La preocupación del joven queretano es que se imagina un Gabinete de corte "tecnócrata", y no lleno de gobernadores perredistas. "Fracasaron en todas sus gestiones", le diría a sus asesores.

Así, la posible irrupción de Monreal plantea un beneficio claro: el golpe a López Obrador, la crítica de uno de sus máximos hombres ahora del otro lado del mostrador. Pero también un riesgo: la posible pérdida de equilibrios que Anaya creía estar logrando.