México podría verse seriamente perjudicado si la administración de Donald Trump logra imponer en la renegociación del TLCAN la famosa "cláusula cambiaria", que restringiría el margen de maniobra del Banxico.

Según Arturo Huerta González, economista y profesor de posgrado de la UNAM, México sentiría el golpe en sus exportaciones, a la vez que se incrementaría el déficit de comercio exterior.

"Con la cláusula cambiaria que quiere introducir Estados Unidos, nos quieren llevar al no manejo de la política cambiaría como herramienta competitiva, es decir, si el país tiene déficit de comercio exterior y está importando más de lo que exporta, no podrá devaluar para abaratar la producción nacional e incrementar exportaciones", advirtió Huerta en diálogo con LPO.

Con la cláusula cambiaria Estados Unidos nos quiere llevar al no manejo de la política monetaria como herramienta competitiva para regular el déficit de comercio exterior, advierte Huerta González.

El especialista agregó que la estrategia de Trump es clara: "Ellos quieren crecer a costa de sus vecinos. Lo intentarán imponiendo restricciones a las importaciones provenientes de tales países, y tratarán de incrementar sus ex­portaciones a sus socios comerciales".

Huerta explicó que de imponerse la cláusula cambiaria que impediría a México devaluar, el ajuste se producirá mediante una reducción del gasto y un aumento de la tasa de interés, lo que desembocará en una caída de la actividad económica.

En diálogo con LPO, el economista Jaime Ros coincidió con dicho planteo y agregó que, para peor, la reducción del gasto público se suele dar en la inversión pública. Por ello, la productividad del país se vería afectada profundizando un escenario de bajo o nulo crecimiento.

El modelo del crecimiento

Si bien otros analistas sostienen que el Banxico jamás aceparía un ajuste del sector comercial vía ajuste fiscal por sus nocivos efectos sobre el empleo, la historia parecería contradecir este último razonamiento.

Según la economista Noemi Levy Orlik, la prioridad de Banxico siempre ha sido la estabilidad macroeconómica: baja inflación y un tipo de cambio poco volátil. En este sentido, afirmó a LPO que "el despliegue de políticas monetarias pro-cíclicas encaja perfectamente en la política del Banco de México en su lógica de alcanzar estabilidad de precios (el crecimiento no es una preocupación de esta institución)".

A su vez, Huerta destaca que mantener una economía abierta, en donde los problemas de balanza comercial se solucionan atrayendo capitales financieros, conducirá inevitablemente a un aumento del endeudamiento y a un escenario recesivo.

"Para viabilizar la estabilidad cambiaria, predominarán altas tasas de interés, como políticas fiscales restrictivas, por lo que el escenario que nos espera será de recesión económica, mayor desempleo, mayor deterioro en el nivel de vida de población y creciente insolvencia que desestabilizará al sector bancario", sostuvo el economista.

El presidente Trump, reunido con su gabinete.

En esta línea, Huerta evaluó que el proteccionismo que plantea Estados Unidos, sumado a la desaceleración del comercio mundial, exigen que México cambie su estrategia de crecimiento, ya no basada en el libre comercio sino en el crecimiento del mercado interno.

"Hay que replantear la estrategia de crecimiento, y volcarse hacia el mercado interno y sustituir importaciones, lo que requiere regular el movimiento de mercancías y capitales y que el gobierno recupere el manejo de la política económica a favor del incremento de la demanda, del sector productivo y de la generación de empleo bien remunerado", concluyó el economista.

La siguiente ronda programada del TLCAN se desarrollará del 23 al 27 de septiembre en Canadá y los países buscan acelerar las negociaciones presionados por los tiempos electorales. Sin embargo, cerrar todo a las apuradas sin tener en cuenta estos aspectos detalladamente podría acarrear consecuencias muy complejas en el largo plazo.