El debate por estas horas al interior del Gobierno federal es sobre declarar o no el estado de emergencia en la Ciudad de México lo cual habilitaría recursos multimillonarios para la entidad. En la Segob ya se conoce que hay presión de Ricardo Monreal (delegado de Cuauhtémoc) y Christian Von Roerich (delegado de la Benito Juárez) sobre Miguel Ángel Mancera  para que este le pida a la Federación esos fondos que pueden equivaler al presupuesto anual de dichas delegaciones.

El Fondo de Desastres Naturales (Fonden) fue gestionado por el Gobierno Federal hacia finales de los años 90, esto con el objetivo de dar apoyo a las labores de emergencia, recuperación y reconstrucción de localidades luego de la ocurrencia de un desastre natural.

En sus inicios, los recursos del Fonden eran enfocados únicamente a la realización de actividades una vez concluidos los procesos de rehabilitación y reconstrucción de infraestructura pública de los tres órdenes de gobierno, de viviendas de pobladores de bajos ingresos y de ciertos ecosistemas tales como selvas, áreas naturales protegidas, ríos y lagunas.

Hoy en día, el Fonden contempla dos instrumentos presupuestarios complementarios el propio Fonden (para la reconstrucción) y el Programa para la Prevención de Desastres Naturales (Fopreden). La intervención de los fondos monetarios de cada uno de los fideicomisos mencionados responde a Banobras, la institución fiduciaria.

En el entorno de Miguel Ángel Osorio Chong se mueven con cautela y el tema motiva una reunión que tendrá lugar al mediodía con Enrique Peña Nieto. El eje de esta decisión es que esos fondos para catástrofes se utilizan para infraestructura y se asignan sin licitación. En el caso de la Cuauhtémoc podrían llegar a los 3000 millones de pesos. En Segob creen que la presión para esos recursos pueda esconder motivaciones de corte electoral.

Mancera no estaría de acuerdo con asignarlo porque cree que la CDMX puede resistir los efectos del desastre sin necesidad de apoyo de dicho fondo. El jefe de gobierno cree que estarían mejor aplicados en otras geografías donde la tragedia se combina con penurias presupuestarias.