Con 32 años de diferencia, la Ciudad de México volvió a vivir las escenas de terror de un terremoto de alta magnitud, aunque esta vez el recuento de los daños a nivel infraestructura es por mucho, muy menor a la que se reportó en 1985. ¿En qué radicó la diferencia?

La mañana siguiente al temblor que sacudió a la capital del país este martes, el Jefe de Gobierno Miguel Ángel Mancera reportó que habían 39 edificios afectados. Al atardecer, la cifra ya ascendía a los más de 90, entre derrumbados y dañados.

Pero el terremoto que ocurrió tres décadas antes dejó un saldo de 412 edificios destruidos y más de 500 afectados, según reportó el propio presidente en turno, Miguel de la Madrid, un año después.

Desde aquel terremoto que sacudió con fuerza a la ciudad un 19 de septiembre de 1985, las cosas han cambiado sustancialmente en términos de edificación. Diversas son las herramientas con las que ahora cuentan los arquitectos e ingenieros para las nuevas construcciones, pero también es fundamental el uso de las nuevas tecnologías, permitiendo la edificación de torres inteligentes.

Más allá de eso, se trata también de un proceso mucho más especializado y profesionalizado, como explicó el arquitecto perteneciente a la Escuela de Arquitectos, Antonio Gallardo, en diálogo con La Política Online: "Estos nuevos edificios también hacen la diferencia, la clave está en el trabajo especializado que se hace hoy en día".

Algunos especialistas apuntan contra las estructuras de concreto armado, una combinación de varilla de acero y concreto, característica de edificaciones más modernas -para la época- pero aún sin el suficiente refinamiento.

Uno de los principales cuestionamientos y puntos débiles en torno a los edificios construidos antes de 1985 son los materiales. Algunos especialistas apuntan contra las estructuras de concreto armado, una combinación de varilla de acero y concreto, característica de edificaciones más modernas -para la época- pero aún sin el suficiente refinamiento.

Ahora no sólo se revisa constantemente cuán resistente es el concreto, sino también se han desarrollado sistemas hidráulicos para colocar en los edificios a manera de amortiguador, que moderan el impacto de los movimientos telúricos. También existen sistemas que contrarrestan casi por completo el movimiento, al funcionar como especie de balanza.

Otro elemento a favor es la tecnología. Los edificios conocidos como "inteligentes" permiten  detectar el movimiento y automáticamente bloquear el uso de ascensores y las salidas a las escaleras. Las salidas de emergencia se desbloquean una vez que el sistema deja de detectar el movimiento de la tierra.

Las personas deben recluirse de manera obligada en las zonas más seguras de la construcción, tal como se apreció en un video en redes sobre el sismo en una torre de Reforma.

Sin embargo, Gallardo defiende que las principales diferencias entre las construcciones anteriores y posteriores al sismo de 1985 radican en tres puntos principales. El primero tiene que ver con un tono más estricto en las nuevas normatividades de obras para la Ciudad de México.

Antes no se necesitaba un corresponsal de estructura. Hoy está más reconocido que hay diferentes actores, especialistas para cada elemento de la obra. Se tiene un mayor nivel de estudio del suelo, del tipo de edificios, de todo.

"Estas normas han tenido una permanente revisión y actualización. Por ejemplo, en seguridad estructural es más estricto en cuanto a las condiciones físicas de esta ciudad. Estamos encima de un lago, mientras más agua más complicado el terreno y eso ahora se toma muy en cuenta. Las normas técnicas complementarias son sumamente estrictas. Y así vemos que muchos de estos nuevos edificios están ahí de pie", indicó.

En segundo lugar, hay mayor especialización. "Antes no se necesitaba un corresponsal de estructura. Está más reconocido que hay diferentes actores, especialistas para cada elemento de la obra. Ahora se tiene un mayor nivel de estudio del suelo, del tipo de edificios. La formación de cada técnico es más profunda y sobre todo, hay más actualización", señaló.

En este sentido, aseguró que más que alta tecnología. "Contamos con un buen nivel profesional. Incluso en el extranjero se solicita nuestra ingeniera", resaltó. 

Y finalmente, en el tercer elemento señaló que ahora hay mayor conciencia desde la autoridad y profesionales responsables. "Aun así, no hay un edificio 100% a prueba de sismos. Y tenemos pendientes: falta cultura de prevención y de mantenimiento", concluyó.