"Entre civiles y elementos de la Marina siguen sacando cascajo. Ha empezado a amanecer", relató este jueves un rescatista a poco más de 30 horas de los labores de búsqueda en la escuela Enrique Rébsamen, que se desplomó tras el movimiento telúrico y en donde se centra la búsqueda en al menos cuatro niños, que se presume, continúan con vida.

Desde el miércoles, la esperanza se instaló en los rescatistas cuando trascendió que un topo supuestamente había hecho contacto con una niña de 12 años, atrapada entre los escombros. Frida Sofia, se dijo era el nombre de la estudiante sobre la cual se enfocaron todos los esfuerzos. El optimismo era tal que se afirmaba cada vez que se acercaban a ella.

Pero las condiciones meteorológicas, las condiciones de la estructura e incluso, el riesgo de más sismos, no han estado a favor de esta búsqueda, aunque a pesar de ello, no ha parado, acaso unos instantes para salvaguardar la vida de los que ahí colaboran por encontrar a los estudiantes con vida.

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Y es que apenas cayó la tarde, la lluvia cubrió la ciudad casi de manera permanente durante la noche, haciéndola aún más larga para los rescatistas que no cesaron a pesar de ello, más que unos instantes por la alerta de un ligero sismo -una réplica del ocurrido en Oaxaca a principios de mes- y siempre, ante la constante amenaza de un derrumbe que podría poner en riesgo también la vida de los brigadistas.

Al lugar llegaron elementos de la Marina, asistieron médicos y especialistas del IMSS y la comunidad capitalina que se ofreció como brigadista y a pesar de las adversidades, la Marina aseguró que las labores continuarán hasta agotar todas las posibilidades, aunque ciertamente, sin una idea clara de cuántos cuerpos podrían encontrar y las esperanzas de vida. Aunque la estimación, es que haya al rededor de 50 infantes sepultados. 

El misterio de Sofia

Aunque supuestamente Sofia ofrecía una pista: "He logrado contactarme con otros niños. Conté cinco". Se afirmó desde el lugar de los hechos que había dicho la niña a uno de los topos que asisten el lugar. La esperanza se reinstaló.

Y efectivamente, más tarde las autoridades aseguraron que tras la inspección del lugar, con tecnología especializada, se había detectado calor y movimiento entre los escombros. "Los rescatistas están convencidos de que hay sobrevivientes", reportaron testigos.

  Sin embargo, el caso de Sofia ha causado una peculiar confusión. Y es que por la noche del miércoles se dio a conocer que no quedaba ninguna niña de la escuela con paradero desconocido con ese nombre. Algunas versiones apuntan a que fue el topo que decidió nombrar así a la niña, para poder establecer contacto con ella. Sin embargo, la propia escuela afirmó que las estudiantes registradas con ese nombre, ya estaban en sus hogares. Aunque la confusión generó gran angustia entre familiares de las alumnas con ese nombre.  

La incertidumbre creció cuando además, se informó que las autoridades estaban buscando a los familiares de la menor, así como los padres de otros niños que se presume, aún están desaparecidos. La confusión provocó incluso el escepticismo sobre la existencia de la menor, reflejada en las redes sociales.

Como sea, a minutos de llegar al mediodía del jueves, la búsqueda ya llegó a un punto en que se afina mucho más para volverse más especializada. Por ejemplo, se requieren materiales específicos como son pilas de metal para varillas, rollos de soldadura de plasma, entre otros materiales y la presencia de ingenieros civiles -incluyendo metal para varillas. Además, al lugar llegaron brigadistas de Japón con robots especializados.

Y es que el riesgo de un derrumbe es cada vez más latente. En algún momento corrió la información de que la búsqueda había parado. Pronto se desmintió, aunque lo cierto es que sí bajó la intensidad ante la fragilidad que cada vez toma la estructura, sobre todo tras la lluvia. Horas mas tarde la Marina se encargó de ponerle fin a las especulaciones: No existe Sofía ni quedan niños vivos atrapados bajo los escombros, sino una mujer adulta.