En la polÃtica hay climas, momentos, fotografÃas que reflejan el estado de ánimo de la opinión pública. Hace unos meses nadie dudaba de la gran momento que atravesaba Andrés Manuel López Obrador. Desde el gasolinazo de enero habÃa una suerte de consenso respecto al crecimiento de Morena.
Pero las elecciones de junio abrieron un nuevo capÃtulo. Enrique Peña Nieto se sintió fortalecido por la victoria -cerrada, pero victoria al fin- en el Estado de México. El momentum de AMLO daba paso a un optimismo oficialista que desde hacÃa rato no se veÃa.
El gran ganador de ese nuevo escenario fue José Antonio Meade, el hombre que acaso mejor representa la continuidad del sistema. Otro dato alentador: los números de la macro arrojaban cada vez menos incertidumbre y más fortalezas. Asà lo reconocieron las calificadoras de riesgo.
Sin embargo, la dupla de sismos no hizo temblar sólo a los edificios, también cimbró al sistema polÃtico. Como ya explicó La PolÃtica Online, estos últimos dÃas los reflectores estuvieron sobre la participación solidaria de la sociedad. No es tiempo de los polÃticos, que decidieron hacerse a un lado.
¿Por qué López Obrador no estuvo en ningún operativo colaborando? ¿Por qué los anuncios del Frente Ciudadano se hizo desde redes sociales, en una frÃa habitación con una biblioteca de fondo? En un signo de desconexión, el frente ciudadano no se enteró que la ciudadanÃa -vaya paradoja- estaba en las calles.
Cuando las labores solidarias den paso a un escrutinio sobre el accionar de los oficialismos, allà comenzará el problema. Esa es la lectura que comienza a sobrevolar en Los Pinos, en donde el Presidente insiste con un despliegue total del Gabinete sobre las zonas afectadas, que por ahora le está rindiendo personalmente en una recuperación de su imagen, pero habrá que ver si se sostiene y se traslada a sus posibles candidatos.
El antecedente es obvio: durante el sismo de 1985, Miguel de la Madrid demoró tres dÃas en aparecer públicamente. ¿El resultado? En las elecciones de 1988, el PRI perdió estrepitosamente en la Ciudad de México, pero además quedó seriamente cuestionada la legitimidad de ese proceso electoral. Era el germen de la alternancia.
Peña Nieto quiere evitar que se corte el momentum de Meade, que ya salió a avisar que se necesitarán nuevos ajustes al proyecto de Presupuesto. Serán necesarios nuevas partidas para los damnificados, pero el gran desafÃo será la ejecución de planes en el corto plazo. Muchos capitalinos en 1985 se demoraron hasta un lustro en cobrar los resarcimientos. Ahora no hay tiempo: 2018 queda a la vuelta de la esquina.
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