Ya es casi imposible que Televisa logre tomar el control de Univisión. La administración de Donald Trump no avalaría que el conglomerado mexicano logre adquirir una cadena de Estados Unidos. La señal hispana ahora se encamina a emitir una obligación en Wall Street. 

Caída la chance, José Bastón dejará la división internacional de Televisa, cargo la cual llegó hace poco menos de un año para dirigir la posible operación en coordinación con Alfonso de Angoitia. Sería así la primera baja.

Univisión pertenece al millonario Haim Saban, muy cercano al Partido Demócrata y a la familia Clinton. Además de Televisa, entre los interesados en comprar ha estado el magnate del cable John Malone.

Ahora Univisión podría buscar nuevos socios pero en Wall Street. Los propietarios actuales, que incluyen a varias firmas de capital privado, tienen años buscando una salida. La compra de Univision por 13.7 mil millones de dólares hace una década fue uno de los tratos más grandes durante el auge de las compras apalancadas, justo antes de la crisis financiera.

Televisa podría ser comprador potencial de Univision si los reguladores de Estados Unidos relajan las restricciones sobre la propiedad extranjera, pero eso es casi imposible que ocurra con Trump en la Casa Blanca.

Univision le paga a Televisa más de 300 millones de dólares al año para producir una parte significativa de sus programas, y anteriormente este año las dos compañías fusionaron sus operaciones de desarrollo y producción de contenido.

Televisa tiene una participación minoritaria del 10% en Univision y warrants (opciones negociables de compra) por un 26% adicional. A principios de este año, la Comisión Federal de Comunicaciones de EU la aprobó para que tuviera la propiedad de hasta un 49% de la emisora y hasta un 40% de sus acciones con derecho a voto.