Al cierre de la tercera ronda en Ottawa Ildefonso Guajardo les dijo a los representantes del sector automotriz que la ronda de Washington, que se inicia esta semana, será decisiva y que debían llegar con una estrategia común frente a un pedido de EU que será todo lo desmesurado que se espera que sea.

Robert Lighthizer va a pedir elevar el contenido regional de los autos al 60 o incluso 70% y de ahí pedirá que el 40% de la fabricación de los autos sea de EU. Hasta ahora el equipo negociador de Donald Trump no puso textos sobre la mesa para discutir en cuanto reglas de origen pero en la ronda que se inicia mañana miércoles ya los habrá.

Pero según cuentan fuentes del sector a LPO, no hay todavía una estrategia común en el sector automotor.  Guajardo aportó la idea de acceder a un mayor contenido de EU pero intalar cierto gradualismo en su aplicación con un horizonte de tres a cinco años. Pero la idea no tiene demasiado eco en los capitanes de negocio. Las armadoras que están en México lo están por el TLCAN y deberían migrar rápidamente su mercado de EU a México y Centroamérica.

Puede haber un choque frontal porque circula el dato de que si Gujardo acepta un 40% de producción de EU en los autos, los empresarios saldrán con fuertísimo mensaje en público contra el gobierno de Enrique Peña Nieto acusando que desprotege las inversiones.

Desde Economía han asegurado que Guajardo no aceptará las peticiones de Lighthizer y es esa percepción la que pone al TLCAN al borde del abismo. Justin Trudeau ha entendido este panorama y por eso visita en una semana a Donald Trump y a Peña Nieto. El fin de la zona de libre mercado más grande del mundo es ahora, más que nunca, una realidad.