Tras conseguir el respaldo de líderes opositores, Mariano Rajoy intimó este miércoles a Carles Puigdemont a que aclare si declaró o no la independencia de Cataluña en el sinuoso discurso que brindó ayer ante el parlamento catalán, en el que pidió abrir el diálogo con España.

Pero acaso el dato más novedoso de la jornada fue el anuncio realizado por el líder del Partido Socialista (PSOE), Pedro Sánchez, quien reveló un acuerdo con Rajoy para abrir un debate para reformar la Constitución y zanjar el conflicto catalán.

"Llevamos muchos días hablando y coincidimos en que ha llegado la hora de emprender la reforma constitucional", afirmó el socialista, que detalló que una comisión parlamentaria trabajará durante seis meses y posteriormente se abrirá el debate para la reforma, durante 2018.

"Tenemos que ver las virtudes y los fallos del sistema autonómico y lo haremos en un plazo de seis meses", indicó Sánchez, que le abrió la puerta a Puigdemont a ser parte de ese debate. "Estamos abiertos a reformar la Constitución y a hablar de cómo se quiere quedar Cataluña en España", agregó.

Sánchez ha sido un aliado clave de Rajoy en el conflicto catalán, ya que nunca se corrió del rechazo a la independencia y mantuvo siempre el pedido de abrir una negociación política, distinto a lo que planteó el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, quien viene presionando para suspender la autonomía catalana y desplazar a Puigdemont. Más allá de la necesidad política, Rajoy no oculta su poca sintonía con Rivera.

Agencias

Advertencia a Puigdemont

"El Consejo de Ministros ha acordado requerir formalmente al Govern de la Generalitat para que confirme si ha declarado la independencia de Cataluña al margen de la deliberada confusión creada sobre la entrada a su vigor", afirmó el presidente del gobierno español desde el Palacio de La Moncloa, antes de comparecer esta tarde ante el Congreso.

Rajoy explicó que la intimación para que Puigdemont aclare sus acciones es el paso previo a aplicar las medidas previstas en el artículo 155 de la Constitución española, que habilita a suspender la autonomía e intervenir el autogobierno catalán. El dirigente agregó con la medida quiere "ofrecer certezas a los españoles y especialmente los catalanes, para evitar la confusión aportada por la Generalitat".

"En la respuesta que el presidente de la Generalitat dé se marcará el futuro de los acontecimientos de los últimos días", agregó el líder conservador, quien con su anuncio abrió la vía del polémico artículo 155 de la Constitución, nunca antes aplicado en democracia.

El artículo 155 de la Constitución dice que si una región no cumple con sus obligaciones o actúa gravemente contra el interés general de España, el Gobierno puede adoptar medidas para su cumplimiento forzoso y para proteger el interés general. Puigdemont tendría un plazo de cinco días para responder, aunque el gobierno español no lo aclaró aún.

Rajoy busca profundizar la encrucijada en la que quedó atrapado Puigdemont, que si avanza con la declaración independentista no sólo se somete a las represalias de Madrid (esperables desde el primer momento) sino también a las económicas de las grandes empresas, que iniciaron un éxodo de Barcelona.

Pero por otro lado tiene la presión de sus socios más radicalizados como la CUP de Barcelona, que ayer acusó al presidente catalán de cambiar a último momento su discurso. Ese grupo no acepta la "suspensión" de la declaración de independencia y anunció que bloqueará la actividad en el Parlament.