"El tiene un revólver con el cual se apunta a la cabeza y yo trato de quitárselo pero no se deja ayudar". Es la descripción de Robert Lighthizer que Ildefonso Guajardo realizó en las últimas horas a empresarios mexicanos sobre el estado de la cuarta ronda de negociaciones del TLCAN en Washington.

El secretario entiende que algunas actitudes del representante comercial de EU son exageradas o incluso sobreactuadas, única vía para entender argumentos que por momentos escapan a la lógica, especialmente en un gobierno liderado por un magnate. Es por eso que aparece la tesis de que Lighthizer quiere reemplazar a Wilbur Ross, secretario de Comercio de Trump, un multimillonario de avanzada edad.

De hecho, la idea de someter al TLCAN a revisión cada cinco años  es por ahora el giro con el que el representante comercial más puntos ha ganad en el Salón Oval, o al menos así lo explican en la delegación de EU.

En Economía ya se conoce que Lighthizer se encamina a proponer que el contenido de los autos sea en un 85% de América del Norte y dentro de eso, un 50% de fabricación de EU. Algo que es inaceptable para Guajardo. Según comentan en la embajada mexicana de Washington, Lighthizer le ha prometido a Trump que regresará las fábricas automotrices al país y para lograrlo este esquema es el único viable.

Ayer miércoles Ross dijo que el sector automotriz deberá aprender a vivir con una nueva realidad dentro del TLCAN.

Hay otros datos que refuerzan el calculo político de Lighthizer. El pasado lunes el funcionario se reunió en el Capitolio con congresistas demócratas fuertemente identificados con el perfil proteccionista en materia de comercio. Las ideas del secretario están más cerca de este grupo que de los propios republicanos.