Mientras en España se viven días de alta tensión, con el movimiento independista en su punto más amenazante, el presidente Enrique Peña Nieto aprovechó su encuentro con el Primer Ministro canadiense, Justin Treau, para ratificar la postura ya anunciada del Gobierno Mexicano de no apoyar la independencia de Cataluña.

 "México se ha pronunciado a favor de una sola España y en caso de una decisión unilateral México no reconocerá a Cataluña como una nación independiente. Es la posición de México y la hemos hecho una y otra vez y tengo la oportunidad de compartirla", declaró. 

"Lamentamos la violencia que en un momento se presentó en un referéndum en (la comunidad española de) Cataluña", dijo el mandatario federal en el Palacio Nacional, tras la reunión con Trudeau.

Esta posición ya había sido dada a conocer por el canciller Luis Videgaray, que apuntó que  Si a pesar del diálogo político, el Gobierno Catalán declara unilateralmente la independencia, el Gobierno de México, en apego al derecho internacional, no reconocerá a Cataluña como un Estado independiente".

Aunque este jueves la situación en el país ibérico tomó un respiro tras  48 horas de extrema tensión, en parte por el impasse logrado con el acuerdo entre Mariano Rajoy y el Partido Socialista para reformar la Constitución, y también porque Puigdemont aún no respondió al pedido del Gobierno central para que aclare si declaró o no la independencia. De confirmarlo, daría lugar a Rajoy para aplicar el artículo 155 que le permite disolver el gobierno autonómico y llamar a elecciones anticipadas.

La cuestión económica fue determinante para que Puigdemont dejara en suspenso la declaración de independencia, afectado por la salida de Barcelona de grandes empresas. S&P advirtió especialmente sobre el "riesgo potencial para las operaciones" de los bancos con más exposición a Cataluña, que son Sabadell y CaixaBank.

Además, la calificadora internacional  advirtió que el desafío independentista de Cataluña podría provocar una caída en recesión de la región más rica de España, afectada principalmente por la fuga de grandes empresas.