En sus últimos días al frente del Banco de México (Banxico), Agustín Carstens no desiste en mantenerse crítico a la exigencia que la semana anterior enarboló el Primer Ministro canadiense Justin Trudeau de incrementar los salarios en el país.

No es una demanda única de los canadienses, el equipo estadounidense también lo ha pedido en el marco de la renegociación del TLCAN, pero el gobierno mexicano insiste en una negativa. Para Carstens esta es una propuesta que no es sostenible. 

No es una postura nueva del banco central pues ya en reuniones anteriores se vislumbraba la preocupación del organismo financiero ante una posible alza en el salario mínimo.

Y si bien el Banxico no controla política salarial, argumenta que los salarios se determinan en negociaciones contractuales. "Lo que he dicho y sostengo es que los salarios deben subir en la medida en que avance la productividad", señala Carstens.

El funcionario detalla que "si suben mucho más allá, eso no es sostenible. Lo que nos importa son los salarios reales (...) Si hay un incremento que no esté sustentado por una mayor productividad, a la larga no servirá. De nuestra historia, hemos aprendido que los salarios reales cayeron más en los tiempos de mayor inflación".

Pero agrega que lo mejor que puede hacer el Banxico es mantener la inflación bajo control. "Si logramos una baja inflación, ponemos en marcha un círculo virtuoso: una menor inflación propicia menores tasas de interés y éstas sirven para impulsar mayor inversión. Con ella, se puede incrementar la productividad y así mayores salarios".

Lo cierto es que este año, el Índice de Precios al Consumidor ha doblado el objetivo del banco central en este año y los pronósticos del mercado es que se mantenga así hasta el cierre de este año, mientras que el 2018 representa grandes retos, con un dólar de nuevo amenazante ante las tensiones del TLCAN y el proceso electoral.

Carstens reconoce que habrán "importantes retos" este próximo año pero confió en que existe solidez financiera en el país.