Enrique Ochoa iniciará hoy el camino que hacia la primera semana de diciembre tendrá como resultado el nombre del candidato presidencial del PRI. El mecanismo será una convención de delegados que, por el momento, se perfila controlada y donde no se esperan trifulcas internas, ya que los principales aspirantes -Osorio Chong, Meade o Nuño- son bien vistos por los distintos sectores y por los jerarcas territoriales.
El único factor de inquietud en el horizonte es la diputada federal Ivonne Ortega. La legisladora ya adelantó su idea de registrarse y buscar la candidatura presidencial. La realidad es que, a diferencia de los nombrados, su discurso de corte crÃtico tiene pocos adeptos y eso quedó reflejado en la mesa de Campeche de la Asamblea Nacional.
Allà Ortega Pacheco insistió en hablar sobre mecanismos de elección de candidatos aunque no era el tiempo ni el lugar. Sometió a votación su planteamiento y sufrió una derrota estrepitosa ya que no tuvo apoyo ni del sector obrero, ni del sindical, asà como tampoco de otros grupos. "Unidad, unidad", gritaban los presentes después de rechazar su propuesta.
La inquietud de Ochoa Reza va más por el factor declamativo. Teme que la ex gobernadora de Yucatán renuncie al PRI, manifieste un discurso incendiario sobre el partido -y sobre la actual administración- y que a continuación se sume a Morena o bien a Movimiento Ciudadano. No generará una ruptura ni mucho menos, pero en cierta medida empañará el trabajo del Consejo PolÃtico Nacional.
El punto que más preocupa es el efecto mediático. Hay que recordar que las semanas previas a las mesas de la Asamblea Nacional, Ivonne logró copar las planas polÃticas de periódicos, radios y televisión. El lÃder priista quiere evitar que se repita, justo ahora que es el PAN (con la guerra de Margarita y Anaya) y Morena (con la batalla de Monreal y la supuesta "nomenklatura") quienes demuestran fisuras.
Semanas atrás, al tanto de este panorama, se envió al gobernador de Campeche, Alito Moreno Cárdenas a que buscara acercar tantos con Ortega, o que al menos para que suavizara su discurso. Las declaraciones de esta semana de la también diputada federal evidencian que fue una gestión de poco éxito.
En el CEN está instalada la idea además de que Ortega se habrÃa reunido con el hijo de Andrés Manuel López Obrador, y que hace una semana la ex gobernadora tuvo una extensa plática con Dante Delgado, quien le ofrecerÃa una nominación al Senado.
"No. He planteado que para cambiar las condiciones debes cambiarlas desde tu casa. Y mi casa es el PRI. Voy a dar la lucha adentro del PRI. Cambiar las condiciones desde adentro. En el 2016 perdimos por haberle dado la espalda a la militancia. Eso puede repetirse en el 2018. En el proceso veré cómo es el comportamiento de la cúpula", respondió Ortega en una entrevista radiofónica.
Pero cuando se le preguntó si entonces apoyarÃa al candidato del PRI que resulte de este proceso, su respuesta fue menos contundente: "Lo valoraré de acuerdo al comportamiento que tengan precisamente en el proceso de selección interna. Eso es lo que hay que tener en cuenta para tomar las decisiones. Yo no tomo las decisiones a futuro y nunca tengo plan B".
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