The New York Times relaciona la salida de Emilio Azcárraga de la conducción de Televisa con la trama de los sobornos en la FIFA que explotara en el 2015 tras una investigación de la cadena BBC. El caso llevó a altos ejecutivos de la televisión a la prisión cuando la fiscal estadounidense Loretta Lynch demostró que se habÃan pagado sobornos para derechos de televisación de partidos e incluso para asignar sedes mundialistas.
El periódico de Nueva York señala que "el empresario Alejandro Burzaco, quien se declaró culpable de sobornar a dirigentes de FIFA, ayudó a "Mountrigi Management Group", filial de Televisa en Suiza, a obtener derechos exclusivos para transmitir el Mundial de Fútbol hasta el 2030. La filial habrÃa pagado cerca de 190 millones de dólares para afianzarse las transmisiones de los Mundiales del 2018 y el 2022".
"El año pasado, Burzaco se declaró culpable de haber sobornado a dirigentes del futbol a cambio de que la empresa que presidÃa obtuviera los derechos de transmisión de los torneos más importantes de la región. La empresa, Torneos y Competencias, también se declaró culpable y accedió a pagar 112.8 millones de dólares para llegar a un acuerdo", expone.
En la causa judicial, agrega, los fiscales señalaron que una de las filiales de una de las mayores televisoras de Latinoamérica ayudó a pagar los sobornos para obtener los derechos para transmitir los próximos cuatro Mundiales.
"'Mountrigi', la filial de Televisa, fue la que recibió esos derechos y de inmediato se los vendió a Burzaco", expone The New York Times. Agrega que Burzaco canalizó millones de dólares en sobornos para Julio Grondona, quien fue el responsable del comité de finanzas de la FIFA y uno de sus lÃderes más importantes hasta su muerte, en el 2014.
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