Al filo de la mañana el New York Times finalmente reportó la identidad de los primeros miembros de la campaña de Donald Trump formalmente acusados por sus nexos con el gobierno de Vladimir Putin. Se trata de Paul Manafort, asesor y colaborador de la campaña, uno de sus asociados, Rick Gates, y George Papadopoulos, quien a principios de mes se declaró culpable de mentirle al FBI sobre presuntos nexos con un operador de alto nivel del Kremlin. Papadopoulos ya alcanzó un acuerdo con el Departamento de Justicia.

Manafort se unió a la campaña en marzo de 2016. En mayo fue nombrado presidente y estratega en jefe, cargo que ocupó hasta el 19 de agosto del año pasado. Su rol original era evitar que los delegados del Partido Republicano votaran en contra de la nominación de Trump en la Convención Nacional Republicana.

Manafort es un viejo asociado de Roger Stone, el maquiavélico asesor de Richard Nixon, famoso mundialmente por el documental de Netflix, que fue el primero en ver en Trump una potencial estrella del populismo de derecha.

Robert S. Mueller III es el investigador especial encargado del caso, bajo ordenes del vice-fiscal general, Rod Rosenstein, quien tomó las riendas del caso cuando el fiscal General, Jeff Sessions, se aisló de la investigación para evitar posible conflicto de interés.

No han sido anunciado exactamente de que se les acusa. El Times y otros medios reportaron que Manafort y Gates recibieron instrucciones de entregarse a las autoridades federales. En julio el FBI recibió autorización para catear la residencia del estratega y cabildero.

Manafort es un viejo asociado de Roger Stone, gurú y estratega político, famoso mundialmente por un documental de Netflix y uno de los mentores políticos de Donald Trump desde hace décadas. Stone y Manafort fueron socios en la firma Black, Manafort, Stone, and Kelly, empresa con la que ganaron fama y millones de dólares cabildeando a favor de personajes como el dictador Ferdinand Marcos de Filipinas y Jonas Savimbi de Angola.

"Tengo mucho aprecio del gran trabajo que hizo para traernos a donde estamos hoy, en particular su labor guiándonos por el proceso de los delegados y la convención", declaró Trump en agosto de 2016, cuando anunció la partida de Manafort. 

El investigador especial, Robert Mueller.

"Paul es un verdadero profesional y le deseo el mayor de los éxitos", agregó el actual presidente. Meses después, el equipo Trump insistiría en que Manafort había jugado un rol menor durante la campaña. En aquel momento no se ofrecieron detalles sobre la salida de Manafort, sin embargo, coincide con un reporte de la Associated Press que reportaba su cercanía al Kremlin. Manafort habría recibido 12.7 millones de dólares de Viktor Yanukovych, expresidente de Ucrania cercano a Putin, para contratar firma de lobby en Washington DC.

Tras el triunfo de Trump circularon reportes de que Manafort estaba asesorando al presidente en la selección del gabinete, pero para marzo de este año Sean Spicer, entonces Secretario de Prensa de la Casa Blanca, comenzó a desmarcar a la campaña, asegurando que "jugó un rol muy limitado durante un periodo de tiempo muy limitado".

Desde ayer Donald Trump lanzó una serie de ataques en Twitter protestando por la atención que el caso seguía recibiendo por parte del Departamento de Justicia y de los medios, y exigió que se investigara a Hillary Clinton por presuntos nexos con los rusos. La mañana de hoy el presidente resumió sus esfuerzos: "[Salió un] reporte de que la campaña Obama pagó $972,000 a Fusion GPS. La firma también obtuvo $12,400,000 (¿en serio?) del [Comité Nacional Demócrata]. ¡Nadie sabe quién lo autorizó!".

En entrevista con el New York Times, Ty Cobb, abogado de Trump, declaró hace unos días que al presidente no le preocupaba lo que Manafort, Flynn y algún otro acusado en la investigación pueda revelar a Mueller.