En su reciente comparecencia en San Lázaro, el secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell, comprometió la reconfiguración de tres de las seis refinerías que se tiene, y la ampliación en la capacidad de almacenaje de gasolinas. Días después, una auditoría muestra la urgencia de este compromiso al señalar los posibles riesgos que recaerían en Pemex de no haber una pronta acción.

La Auditoría Superior de la Federación (ASF) fue tajante en su último informe respecto a la petrolera mexicana en este sentido: "La situación actual de la infraestructura productiva del Sistema Nacional de Refinación muestra que no se ha avanzado en su modernización ni reconfiguración, situación que limita la capacidad de la empresa (Pemex) para incrementar la producción de gasolinas y diésel de manera rentable".

Con este señalamiento, el órgano fiscalizador pone el foco en un debate que no es nuevo. Desde hace algunos años el tema ha sido tema de discusión en el mercado y en los discursos políticos -como ha sido el caso de Andrés Manuel López Obrador-

Desde el Congreso, los recursos para las refinerías han ido a la baja en los últimos años, un mensaje claro para especialistas como Ramsés Pech, director de la consultoría Caraiva y Asociados: "Ya no les interesa el negocio".

Esta posición sería muy peligrosa para la petrolera que dirige José Antonio González Anaya, pues de acuerdo con la Auditoría, "puede poner en riesgo su contribución al abastecimiento de estos combustibles para la producción y transporte de bienes y de servicios, así como para satisfacer las necesidades de movilidad de la población en el país", precisó en su análisis número 482-DE a Pemex Transformación Industrial".

Desde la Cámara Baja, Coldwell también aseguró ante los cuestionamientos de los diputados -principalmente de la oposición- que "lo ideal es que en un par de años más se llegue a por lo menos cinco días de almacenamiento, y luego unos años más a 10, de 10 a 15, según la región, para, de esta manera, ir incrementando la seguridad energética del país".

La ASF alertó además que de no atender el asunto de las refinerías,  habría consecuencias sociales y se corre el peligro de que el Sistema Nacional de Refinación (SNR) no sea competitivo en el modelo de mercado abierto que busca este Gobierno con la reforma energética, "lo que agravaría pérdidas de Pemex y pondría en peligro su viabilidad como empresa productiva del Estado". 

Precisamente el último reporte financiero de la petrolera no tuvo buenos resultados, pues al tercer trimestre del año regresó a los números rojos. Esto, como consecuencia de la depreciación cambiaria, que se observó principalmente a finales de junio. Además se incrementó en 6.6 por ciento el costo financiero, derivado del mayor endeudamiento al 30 de septiembre de 2017