El viernes pasado Donald Trump salió en lo que será la gira presidencial por Asia más larga en la historia moderna de Estados Unidos. Durante 12 dÃas el mandatario visitará Japón, Corea del Sur, China, Vietnam y Filipinas, en un momento en que la investigación del caso Rusia conducida por Robert Mueller alcanza una temperatura crÃtica.
La semana pasada fueron detenidos tres asociados cercanos del presidente, uno de ellos Paul Manafort, ex director de la campaña presidencial de Trump; y se espera que en los próximos dÃas giren orden de aprehensión contra el general retirado Michael Flynn, primer asesor de seguridad nacional de Trump, quien renunció por haber ocultado sus nexos con Rusia. Ayer se supo que el secretario de comercio Wilbur Ross, quien ha estado ocupado renegociando el TLCAN, tiene importantes lazos de negocio con la familia de Vladimir Putin.
Por si fuera poco, los republicanos se alistan a votar la reforma fiscal, la última oportunidad que tiene Trump de aprobar una pieza importante de legislación antes de que concluya su primer año de gobierno. Los aliados de Trump en el Congreso han expresado preocupación de que la ausencia del presidente termine por desplomar sus esfuerzos legislativos.
Es sabido que el presidente gusta de las giras internacionales. Hace unos meses visitó Arabia Saudita, Israel y el Vaticano y expresó lo mucho que habÃa disfrutado la misión. Las ceremonias y reconocimientos de sus pares extranjeros relajan a Trump. En Japón el presidente fue recibido con grandes honores. Jugó golf con el primer ministro Shinzo Abe y visitó al emperador y su esposa.
Durante una conferencia con ejecutivos de las armadoras de autos japonesas, Trump agradeció que tuvieran plantas en territorio norteamericano y garantizó que siempre tendrÃan permisos y apoyo del gobierno estadounidense. "Tenemos aquà algunas de las grandes personas de dos de las armadoras más grandes del mundo que están haciendo nuevas plantas [...] Ustedes saben quiénes son, y sólo quiero decirles muchas gracias. Quiero agradecerles".
A su salida rumbo a Corea, Trump tuiteó que su visita a Japón y amistad con Abe "traerá muchos beneficios para nuestro gran paÃs", y aseguró que vienen órdenes "masivas" en armamento y energéticos.
Trump se reunirá con el presidente Moon de Corea del Sur en unas horas, aunque la Casa Blanca anunció que no visitarÃa la zona desmilitarizada, la hostil frontera entre las dos coreas. La tensión entre Estados Unidos y el régimen de Corea del Norte ha ido escalando en los últimos meses. Kim Jong Un, a quien Trump llama burlonamente "hombre cohete" por sus pruebas con misiles balÃsticos, ha dicho que Trump deberÃa ejercitar la prudencia.
"El comportamiento mentalmente enfermo del presidente de EU quien declaró abiertamente en la ONU su antiético deseo de destruir totalmente un estado soberano", dijo Kim respondiendo las amenazas del mandatario estadounidense.
"Ahora que Trump ha negado la existencia e insultado a mi paÃs frente a los ojos del mundo, y ha hecho la más feroz declaración de guerra en la historia diciendo que va a destruir la República Popular Democrática de Corea, consideraremos con seriedad ejercitar una respuesta al mayor nivel de dureza".
Por su parte, Trump declaró en Japón que "algunas personas" han criticado su retórica violenta, "pero miren qué ha pasado con 25 años de retórica débil. Miren dónde estamos", dijo en conferencia de prensa conjunta con el primer ministro Abe.
El presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in, ha defendido una postura más diplomática al conflicto con el régimen norcoreano. Hoy Trump tuiteó que Moon era "un buen caballero", y aseguró que iban a descifrar una salida del conflicto.
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