A medida que se acerca la definición sobre el abanderado presidencial del PRI y que diversas señales apuntan a José Antonio Meade, se mueven fichas en el gabinete entre quienes buscan la candidatura pero que podrían quedar en el camino. Así es como Aurelio Nuño ya dice que acepta coordinar la campaña presidencial o José Narro busca su nominación en CDMX pese al rechazo de Eruviel Ávila. 

En esa tesitura es que aparece Miguel Ángel Osorio Chong con la particularidad de ser el mejor posicionado en las encuestas. El titular de la Segob en caso de no ser candidato quiere controlar la lista de senadores pluri del PRI. Será una contienda interesante porque Emilio Gamboa desea exactamente lo mismo.

La hipótesis es que Osorio también irá en esa lista y que en caso de que el PRI pierda la elección presidencial será un actor de relevancia en el Senado. Gamboa está en deuda con el secretario de Gobernación: este le prestó un favor invaluable cuando explotó la trama del malaware Pegasus que le daba de lleno a una persona cercana al senador.

Osorio Chong cree que además de ser el que mejor mide en las encuestas, es el único miembro del gabinete que conecta con las bases del partido y que tiene la mejor relación con los gobernadores que le quedan al tricolor. Por eso Osorio, a diferencia de otras figuras de este sexenio, cree que tiene un destino después de 2018.

Osorio siempre creyó que su buena posición en las encuestas podía asegurarle un buen destino a sus aspiraciones. Noches atrás Enrique Peña Nieto recordó en Los Pinos que en 2015 en  Nuevo León, Ivonne Álvarez punteaba en las encuestas, lo mismo en Tamaulipas, Baltazar Hinojosa y  en Chihuahua Enrique Serrano. Todos perdieron. Para tener en cuenta.