William Perry rindió servicio como secretario de la Defensa durante la presidencia de Bill Clinton. Al inicio de su carrera como matemático e ingeniero en los años 50, Perry trabajó en el diseño y desarrollo de tecnologÃa para los servicios de inteligencia norteamericanos. Le tocó vivir la crisis de los misiles con Cuba cuando la guerra nuclear casi estalla entre Estados Unidos y la Unión Soviética; y para la presidencia de Jimmy Carter ya era subsecretario de la Defensa para el área de Investigación y Desarrollo. Hoy, a sus 90 años, Perry advirtió en el podcast del portal Politico que la probabilidad de una guerra nuclear ha incrementado en el último año, en parte por la presencia de Donald Trump en la Casa Blanca.
El exsecretario advirtió de los peligros de que el gabinete presidencial y el propio presidente envÃen de manera constante mensajes cruzados y no se pongan de acuerdo en una única lÃnea de comunicación.
Sin embargo, quizá el aspecto más preocupante de la entrevista llegó cuando Perry explicó que, aún si lo quisieran, ni el actual secretario de la Defensa James Mattis ni el canciller Rex Tillerson podrÃan detener un ataque nuclear ordenado por Donald Trump. Reconoció que veÃa en Mattis una "fuerza estabilizadora" contra el caos presidencial, pero que podrÃa no ser suficiente. Perry y Mattis se conocen bien. En los años 90 el actual secretario trabajo bajo las ordenes de Perry en la Casa Blanca.
Perry recordó la anécdota que se cuenta sobre los últimos dÃas en la Casa Blanca de Richard Nixon, cuando supuestamente el entonces secretario de la Defensa James Schlesinger advirtió a su staff que cualquier ataque nuclear ordenado por el vapuleado presidente debÃa pasar primero por él. El problema, anota Perry, es que no es asà cómo funciona el protocolo.
El presidente de Estados Unidos puede dar la orden "directamente al Comando Aéreo Estratégico. El secretario de la Defensa no necesariamente está incluido en esa comunicación", señaló. "Asà que, en una decisión que toma 5, 6 o 7 minutos, es probable que el secretario de la Defensa ni siquiera se entere antes de que sea demasiado tarde", advirtió.
"Si hay tiempo, y si se llega a consultar al secretario, sólo [puede darle] un consejo, eso es todo. Que el presidente continúe o no con la orden, el secretario no tiene la autoridad para detenerlo".
Dos senadores, un demócrata y un republicano, propusieron una ley en enero pasado que le prohibirÃa al presidente ordenar un ataque nuclear "preventivo" sin la aprobación del Congreso. Eso decir, el mandatario podrÃa responder a un ataque nuclear sin consultar con el Congreso, pero no podrÃa ordenarlo sin provocación previa. El esfuerzo legislativo, sin embargo, no ha prosperado ni llegado a votación.
El exsecretario explicó que en la crisis de los misiles de Cuba lo que previno la catástrofe fue "buena suerte y un poco de buena administración". En otra crisis nuclear que le tocó en 1979, provocada por una falsa alarma debido a una falla en una computadora, se evitó el desastre gracias a que las tensiones no estaban tan inflamadas.
Hoy, advierte Perry, hay "peor administración y peores tensiones". La crisis con Corea del Norte está en el punto más caliente que ha tenido en décadas. También advirtió que la amenaza nuclear podrÃa venir de un grupo terrorista que logre perpetrar un ataque nuclear en una de las grandes ciudades norteamericanas.
"Si ves lo que pasó el 11 de septiembre, además de las 3 mil vÃctimas, hubo consecuencias económicas y polÃticas y sociales muy significativas. Nuevas leyes fueron aprobadas. Nuevas restricciones a nuestras libertades como consecuencia. Todos esos efectos probablemente serÃan magnificados a la décima o centésima potencia si una bomba nuclear estalla en Washington".
Advirtió que un ataque de esa magnitud podrÃa acarrear legislación similar a la Patriot Act, que dio al Gobierno Federal poderes inimaginables a partir del ataque terrorista de 2001. "VerÃamos ataques contra ciudadanos sospechosos de estar asociados o relacionados de alguna forma con el ataque terrorista. Se pondrÃa fea la cosa".
Perry fue uno de los que logró un acuerdo de no proliferación nuclear con el régimen de Kim a finales de los 90, sin embargo, George W. Bush se negó a conservarlo, lo que, en la opinión del exsecretario, abrió la puerta a una Corea del Norte con poderÃo nuclear. Según su análisis, durante los años de Kim Jong Un era posible lograr un acuerdo de ese tipo pues el lÃder norcoreano buscaba legitimar su paÃs en el plano internacional, mientras que su hijo ha dado prioridad a la seguridad y continuidad del régimen.
"Perdimos la oportunidad de negociar con ellos al inicio del siglo, pero eso no significa que la diplomacia no tenga lugar en el escenario de hoy. Cuando consideras las alternativas a la diplomacia, queda claro que deberÃamos estar intentándolo", sentenció.
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