Este invierno los republicanos se aferran a su última oportunidad de pasar legislación significativa durante el primer año de Donald Trump en la Casa Blanca. Se trata de la llamada reforma fiscal, una ley que parece sacada de la polÃtica fiscal de la administración Reagan, con caracterÃsticas como un recorte impositivo de más de 42% para todas las grandes corporaciones y la eliminación de un impuesto sobre la herencia de grandes fortunas.
Mientras tanto, elimina recortes para las familias que ganen arriba de 200 mil dólares al año. Además, los republicanos acaban de incluir en la ley la eliminación del llamado "mandato individual", una previsión en la Ley de Cuidados a la Salud Asequibles, mejor conocida como Obamacare. El mandato individual es una previsión que fuerza a todos los ciudadanos a contar con un seguro para gastos en salud que cubra una serie de beneficios mÃnimos. Al eliminar esta previsión los republicanos ahorrarán miles de millones de dólares del presupuesto en los siguientes años, y abren la puerta para que las aseguradoras puedan ofrecer seguros de salud con protecciones insuficientes.
Remover la obligatoriedad de contar con un seguro pone en riesgo la estabilidad de los mercados de seguros en los estados, lo que, de acuerdo con analistas de la industria, provocarÃa que los costos de las primas de seguro se disparen. Cálculos de la Oficina de Presupuesto del Congreso calculan que 13 millones de personas podrÃan quedarse sin protección de salud.
La llamada reforma fiscal de los republicanos a grandes rasgos se trata de una redistribución multimillonaria de dinero que afectarÃa directamente a la clase media alta y a las clases populares. Se basa en un una pseudo teorÃa económica muy popular en los años 80 conocida vulgarmente como trickle down economics, o economÃa del goteo; o bien, supply side economics, algo asà como "economÃa de la oferta". Lo que postula es que al privilegiar las ganancias de las clases altas y las corporaciones -a través de recortes fiscales y eliminación de regulaciones-- éstas a su vez invertirán más dinero en la economÃa nacional, contratarán a más personas y la economÃa de todos crecerá.
Gary Cohn durante un incómodo momento con CEOs norteamericanos.
Esto, por supuesto, no es lo que ocurre. Lo que suele suceder es que las corporaciones en lugar de invertir en más plantas o puestos de trabajo, reparten el dinero entre sus altos ejecutivos e inversionistas; mientras que los millonarios lo guardan en el banco o lo usan para invertir en otras corporaciones o propiedades.
Desafortunadamente para los republicanos, este método ha sido descartado por básicamente todos los economistas serios del planeta. Lo que suele ocurrir a nivel paÃs es que el déficit incrementa, el crecimiento se paraliza, y la desigualdad se dispara. Walter Heller, por ejemplo, el principal asesor económico de John F. Kennedy, dijo que "esperar a que la economÃa del lado de la oferta funcione es como dejar las luces de la pista encendida para Amelia Earhart".
"Estoy orgulloso de los republicanos en la Asamblea y el Senado por trabajar tan dura para cortar impuestos {& reforma.} ¡Nos estamos acercando! Ahora, ¡qué tal acaban con el injusto muy impopular mandato individual en Obamacare & reducir impuestos aún más? Cortar la tasa más alta a 35% y el resto que se vaya a recortes para los ingresos [de las clases] medias?"
Una encuesta realizada por la Universidad de Chicago arrojó que ninguno de los economistas consultados estaba de acuerdo con la idea de que recortar el impuesto federal al ingreso resultarÃa en un incremento total a los impuestos dentro de cinco años, por ejemplo. En otro estudio, la Oficina de Presupuesto del Congreso, órgano apartidista del poder legislativo de Estados Unidos encargado con estudiar el impacto que determinadas polÃticas tendrán en el presupuesto a largo plazo, encontró que los recortes fiscales que creó George W. Bush habÃan generado un incremento en el déficit por 1.8 millones de millones de dólares en una década.
El premio Nobel de economÃa Paul Krugman lo definió asÃ: "La colección especÃfica de ideas tontas que han clamado el tÃtulo de ‘economÃa del lado de la oferta' son una doctrina demente que no habrÃa tenido mayor influencia de no ser porque agrada a los prejuicios de los editores y los hombres acaudalados".
Ante esta realidad, los republicanos se han visto forzados a maquillar su propuesta de reforma fiscal de maneras más creativas, llamándola "un recorte masivo para las clases medias", como lo ha hecho en repetidas ocasiones Donald Trump.
Esta mañana el principal asesor económico de Donald Trump y expresidente del banco de inversión Goldman Sachs, se mostró sorprendido ante la respuesta de docenas de directivos de empresas. Durante un evento organizado por el diario conservador Wall Street Journal, Cohn preguntó a los directivos en el público que alzaran la mano: "Si la reforma fiscal pasa, ¿planean incrementar sus inversiones - las inversiones de sus compañÃas, sus inversiones capitales?", preguntó esperanzado el funcionario.
Ante la famélica respuesta -unas cuantas manos arriba perdidas en el auditorio-Cohn, visiblemente incómodo, preguntó "¿Por qué no hay más manos arriba?". Nadie respondió; lo más probable es que estaban siendo honestos.
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